El ser consciente de estos seis grandes cambios que se están dando en el campo de las finanzas personales te ayudarán a lograr mejores resultados financieros y proteger tu patrimonio.
1- Los ETFs desplazan a los fondos de inversión tradicionales.
Los ETF (Exchange TradedFunds) son los instrumentos que cada vez más personas utilizan para invertir en los mercados de acciones, bonos y commodities. Estos “espejan” y “replican” la rentabilidad que dan los índices de los mercados de todo el mundo. La razón de su éxito es simple: desde hace años se ha demostrado que ningún fondo de inversión tradicional puede ganarle consistentemente al mercado, y mucho menos luego de trasladarle al inversor todos los gastos y comisiones que éstos le cobran. Por lo tanto no hay mejor opción que invertir en el mercado; y eso se logra a través de los ETF. ¿Cómo lo hacen? Invirtiendo en la misma composición de títulos (acciones, bonos, etc.) que conforma el índice del mercado respectivo. Si el índice rindió 9,8%, el ETF que lo replica va a ganar exactamente lo mismo, menos el pequeño costo que éstos cobran que es aproximadamente un 0,09% anual, frente a un fondo que cobra por lo menos el 2% anual. Es demasiada diferencia de dinero para perder innecesariamente.
2- Los Discount Brokers siguen creciendo a expensas de los brokers tradicionales.
Los Discount Brokers han ganado la batalla y los brokers tradicionales no han tenido otra opción que aggionarse para no desaparecer. Lo que hacen ya se considera un commodity. Hoy muchos Discount Brokers cobran sólo u$s1 por transacción u operación, sin importar cuál es el monto de la misma. Tampoco cobran por la custodia y mantenimiento de la cuenta. Y como el inversor ya es consciente de que quien le vende no está en condiciones de asesorarlo, no está dispuesto a pagar por un asesoramiento que no es objetivo. Ésta es la esencia y el origen de la desaparición de los Merril Lynch, los Bear Stearns y los Lehman Brothers.
3- Vamos hacia un mundo fiscalmente transparente.
Luxemburgo y Suiza están más dispuestos que nunca a intercambiar información con todos los países del mundo. Andorra está tratando de adaptarse contra reloj a las nuevas reglas, fomentándole a sus entidades financieras que se expandan en España y adquieran entidades de este país del cual provienen sus mayores clientes. A Uruguay no le quedó otra alternativa que anular sus sociedades offshore, terminar con las acciones al portador e intercambiar información fiscal con sus dos principales socios comerciales, Argentina y Brasil. Panamá tampoco tuvo otra alternativa que adecuarse a estas circunstancias, promulgando una ley que en el mediano plazo irá eliminando las acciones al portador de sus sociedades. Los tratados de intercambio de información fiscal terminarán siendo automáticos y las “válvulas de escape” (método para ocultar activos en ciertos países a nombre de sociedades extranjeras) irán extinguiéndose –es el caso de Uruguay, cuando se compra un inmueble a nombre de una sociedad offshore-. Quien no entienda esta situación actuando en consecuencia, se encontrará en graves problemas.
4- La planificación impositiva, legal y sucesoria comienza a ser lo realmente importante.
Los inversores se han dado cuenta que la rentabilidad la dan los mercados y no los asesores. Lo mejor que éstos pueden hacer por el cliente es ayudarlo a diversificar y reducir al máximo los costos y comisiones. Y en un mundo fiscalmente transparente se plantea el desafío de contar especialmente con una buena planificación impositiva, legal y sucesoria. La planificación impositiva contribuye a evitar el camino más gravoso y aprovechar exenciones y/o exoneraciones fiscales, aunque implica cumplir siempre con la normativa vigente tanto del país donde tiene sus inversiones como del país donde reside. Un buen asesoramiento legal le permitirá blindar su patrimonio del ataque de terceros y mantenerse lo suficientemente anónimo como para sentirse tranquilo de que su seguridad física no corre riesgo, sin dejar de reportar sus tenencias y cumplir sus obligaciones fiscales. Una buena planificación sucesoria le permitirá dejarle lo suyo a quien quiera, cuando quiera y de la forma que quiera, con las limitaciones que el derecho sucesorio le imponga en su país de residencia (Uruguay). Y además, le permitirá proveerse de fondos ante una eventual situación en la que no pueda firmar ni hablar, o en circunstancias como las que nos plantea la epidemia de este siglo, el Alzheimer.
5- Los inversores entendieron que si quieren invertir en inmuebles lo tienen que hacer internacionalmente.
Los inmuebles ya demostraron que no son tan seguros como nos han hecho creer en los últimos años. Se comportan como los bonos, las acciones o cualquier otra inversión. Es decir que estos también pueden caer de precio y no haber compradores a quien vendérselos (por lo menos a los precios que queremos).
Por otro lado, la crisis del 2008/2009 en EEUU ha ido originando otras burbujas inmobiliarias alrededor del mundo que ya comenzaron a explotar. China es el caso más relevante por el tamaño de su mercado. En la región, Argentina se encuentra lejos en la peor situación, con un horizonte que plantea un ajuste aún mayor en el precio de los inmuebles. Asimismo, Brasil comienza a complicarse y empieza tener los primeros signos de un ajuste de precios, una creciente caída en el número de operaciones de compra-venta. Esto último, ¿no resulta similar a lo que nos está pasando en Uruguay, con vendedores que aún no están dispuestos a bajar los precios, y compradores que no los convalidan y prefieren ir a comprar a otros países donde son más baratos y generan rentas más altas?.
Esta “nueva realidad” le ha hecho recordar a los inversores que las cosas no crecen indefinidamente, y que los precios relativos y la renta son las mejores variables para analizar si los precios están inflados o no.
6- El método de ingresos por comisiones de los asesores financieros es reemplazado por el sistema Fee-Based.
Quien vende no puede asesorar, o por lo menos no está en condiciones de ser absolutamente objetivo. No es secreto que los vendedores cobran comisiones, con lo cual sus ingresos dependen de cuánto venden y de qué productos venden, dado que de los diferentes productos obtienen diferentes ganancias. Lo mismo ocurre en el segmento inmobiliario y en el financiero. En éste último, las cosas pueden ser peores aún, porque quien trabaja en un banco o en un bróker no puede decirle a su cliente que la institución para la cual se desempeña no es la más segura, o que le conviene ir a la competencia porque le va a dar mejor servicio, es más barato o le va a pagar mejor tasa de interés. Esto que se juega aquí es lo que comúnmente se conoce como “conflicto de interés”.
El conflicto de interés es la madre de todos los problemas en el mundo de las inversiones; Bernard Madoff pudo estafar al mundo porque los que supuestamente tenían que controlarlo y analizar donde invertía, estaban cegados por las increíbles comisiones que recibían a cambio de llevarle clientes. Claramente el que perdió una vez más, fue el inversor.
De ahí el auge en el mundo por contar con asesores Fee-Based –el 100% de sus ingresos son honorarios pagados por sus clientes-, que además sean totalmente independientes, es decir, que no representen a una institución financiera ni a un emisor de títulos y productos. Estos son los únicos que están en condiciones de decirle al cliente que “hay momentos y/o circunstancias en donde la mejor inversión es no hacer nada”.
En los EEUU más del 50% de los inversores eligen a asesores independientes que trabajan Fee-based. Gran Bretaña estableció como obligatorio a partir del 1° de enero del 2013 que todos los asesores financieros deben trabajar con esta metodología. Toda Europa está discutiendo en este momento dentro del Mifid II (Markets in Financial Instruments Directive) sobre la posibilidad de hacer exactamente lo mismo.
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MARIANO SARDANS, CEO de la gerenciadora de patrimonios FDI y Director de SFI – Servicios Fiduciarios.