Hoy estamos reunidos con ocasión de festejar los 159 años de nuestra
querida Institución.
Claro está que, si bien ello formalmente es así, quizá podríamos decir que
en nuestro país, la necesidad de tener organizado el funcionamiento de lo que
hoy llamamos mercado de capitales, tiene su origen hace ya 192 años, cuando Martín
Rodríguez creara la Bolsa Mercantil en 1821.
El por qué aquella Bolsa no prosperó lo fue por razones que, para
comprenderlas, es menester
tener en cuenta las circunstancias socio-políticas de aquella época.
Pero lo que sí debemos considerar, en cualquier análisis que intentemos, es
que en materia mercantil surge siempre primero la actividad, la cual
lentamente, con el devenir de las operaciones concertadas y la experiencia
ganada, van modelando las reglas a las cuales se someterán las partes.
Ello bien entendido no implica que a las reglas o costumbres devenidas de
la actividad pueda asignárseles una fuerza como si fuera ley en sentido
técnico,
Porque sería como transferir la soberanía del estado a las convenciones
individuales, circunstancia que aún podría considerarse como lesivas a
principios democráticos.
Es que el estado es una entidad ahistórica no encontrándose otros sujetos o
formaciones político-jurídicas aptas para ocupar su lugar, ya que el recurso de
la juridicidad es presupuesto y condición que se vincula con la tutela de la
propiedad y la fuerza vinculante de las relaciones.
Felizmente, en nuestra nación, esa experiencia se ha visto recopilada en
una vasta legislación que ha enmarcado nuestro accionar a lo largo de nuestra
existencia.
Pero a más del festejo que motiva esta reunión, es que, de ahora en más, la
estructura y funcionamiento del mercado de capitales y la actividad bursátil,
de resultas de la nueva ley que hace pocos meses comenzó a regir, hace
necesario que tengamos muy en cuenta que entramos en los ciento sesenta años de
vida con un nuevo paradigma.
Ciertamente esta ley, como toda ley, tal como ocurrió, fue motivo de
adhesiones y discrepancias no sólo de contenido, sino también de
interpretación, porque no es otra cosa que una ley hecha por hombres, lo que si
implica, es el reemplazo de una estructura que se adecua en lo sustancial a las
prácticas contemporáneas sobre la regulación de los mercados de capitales.
Frente a ello, y con gran celeridad, la Bolsa de Comercio de Buenos Aires,
puso a disposición su expertise, capital y conocimiento en la generación de B&MA,
Bolsas y Mercados Argentinos, con el fin de crear una Institución con la
jerarquía suficiente para estar a la altura de los nuevos desafíos que propone
el actual contexto global.
Dichos desafíos, generan nuevas problemáticas que no son sólo las
preocupaciones por un gobierno correcto,
Que ya ha sido recibido hace más de cuatro décadas en la vigente ley de
sociedades por la imposición del deber de lealtad, de las prohibiciones de
contratación de los directores, de las sanciones por obrar por interés
contrario o ejercer actividades en competencia y de las acciones de
responsabilidad y limitación de las retribuciones,
Sino que además se advierte la preocupación por establecer las diferencias
entre el inversor individual y el institucional y los stakeholders y, lo que es
más, la introducción de aspectos éticos vinculados con la generación de los beneficios
y el régimen según el cual son administrados y distribuidos.
Permítaseme una digresión, durante las últimas cinco décadas corridas, el
mundo ha presenciado y vivido una aceleración de la historia, para algunos el
fin de la misma, y para otros una destrucción creadora, una mutación de los
conceptos que han dejado de ser rígidos para ser calificados actualmente como
líquidos, más allá que en un campo como el de la actividad bursátil siempre se
ha dado la existencia de normas de actuación o prácticas, que nadie ha
elaborado deliberadamente.
Si en la economía post industrial el diálogo era entre el hombre y la
máquina, en la actual se ha creado una situación vinculada con
la relación espacio – tiempo en la cual el primero aparece desligado de la
relación física por la aceleración de las comunicaciones que permiten las
tratativas en tiempo real.
Desde que las redes telemáticas generan un espacio disociado de todo
territorio dando lugar a una suerte de no lugar artificial en el que se
desarrollan los negocios de la economía planetaria.
Hoy, conscientes de esta nueva realidad emprendemos el camino de una
modernización tecnológica acorde a los nuevos tiempos de la mano de una de las
tres desarrolladoras de plataformas de mercados de capitales más importantes
del mundo lo que nos permitirá interconectarnos instantáneamente, tanto dentro
como fuera de nuestro país.
Pero esos hombres de julio de 1854, nunca imaginaron que esto sucedería.
Apenas podían visualizar la necesidad de congregarse en un solo recinto para
facilitar los negocios y con ello, apuntalar el crecimiento de nuestra gran
nación.
Tengamos en cuenta que quienes fundaron la Bolsa, buscaron no un negocio
sino el enmarcar la actividad bursátil en un esquema de seguridad y
transparencia más allá de la inexistencia de un cuerpo legal.
Hoy ese mandato sigue vigente con singular énfasis y desde B&MA,
acompañaremos al crecimiento del nuevo mercado, el cual pensamos universal,
pero fundado en la fortaleza de nuestra realidad.
Es nuestra aspiración
alcanzar un mercado de capitales altamente inclusivo,
Y como cabal muestra
de esto asumimos el compromiso irrevocable de que nuestros socios y nuestros empleados, el
personal de esta Bolsa, todos los que nos han acompañado fielmente a lo largo
de nuestra historia, sean los destinatarios preferentes, los que tengan
prioridad absoluta en la adquisición, la compra de las acciones de B&MA.
En la Bolsa de Comercio de Buenos Aires hemos hecho siempre gala de nuestra
apertura hacia las necesidades y en reconocer en ellas una oportunidad. Esa es
nuestra impronta, y desde el nuevo mercado federal que nace con B&MA
recorreremos el país con esta consigna.
A lo ancho y a lo largo de nuestro país, podremos ver distintos agentes
operando en un mismo mercado, rompiendo las barreras del pasado para descubrir
la fuerza de la unión del esfuerzo federal congregado en la prosecución de un
solo interés. El engrandecer a la patria.
Bienvenido B&MA, bienvenidos todos a participar del mercado de
capitales.