SE CONSOLIDA EL PROCESO DE DESINFLACIÓN

 Economía

La inflación de octubre fue 2,7% m/m, la variación más baja desde noviembre 2021. De esta manera, vuelve a desacelerar por segundo mes consecutivo (-0,8 p.p. vs. sep-24), y ya logra ubicarse por debajo del 3%.

En relación con las distintas categorías, fue clave el comportamiento de Estacionales, que subió 1,4% m/m (-1,5 p.p. vs. sep-24), así como el de Regulados, cuyo aumento estuvo por debajo del de los meses previos (2,7% vs. 5,4% promedio en mayo-septiembre). Aunque la desaceleración también se dio en el IPC Núcleo, que aumentó 2,9% (vs. 3,3% en sep-24) y evidenció el menor guarismo desde septiembre 2020.

Tras conocerse el dato, Javier Milei confirmó que, si la inflación se mantiene en estos niveles durante noviembre y diciembre, el BCRA bajará el crawling-peg al 1% m/m. Esto sin lugar a duda ayudará a que el proceso de desinflación se consolide, ya que el 2% actual puede pensarse, en cierta medida, como “piso”. Ahora bien, ¿necesariamente seguirá convergiendo al ritmo de devaluación? Para responder esta pregunta resulta pertinente analizar por separado el comportamiento de los bienes y de los servicios.

Los primeros dependen mucho más de la evolución del dólar oficial, con lo cual es probable que logren confluir a la nueva pauta del crawling. Ya se evidenció durante 2024: tras el ajuste discreto del 13/12, los bienes “volaron” en diciembre (29,5%) y enero (21,1%), y luego morigeraron sus subas hasta ubicarse en 2,1% en octubre.

En cambio, el comportamiento de los servicios se ve influenciado en mayor medida por otros factores, entre los que se destacan i) las correcciones tarifarias, y ii) los salarios -en particular, de los privados-. En relación con lo primero, si bien el gobierno avanzó bastante, todavía falta. Por ejemplo, “Electricidad, gas y otros combustibles” se encuentra 33% por debajo de su precio relativo de I-S 2019 en GBA[1], y “Transporte Público” un 25%. Si se usa dicho período como “base”, quedan cinco puntos de inflación “reprimida” por regulados atrasados. Por su parte, el salario privado registrado acumula seis meses consecutivos de subas reales, aunque aún no volvió al nivel de noviembre 2023, y morigeró bastante el ritmo de recuperación en agosto y septiembre. En cuanto a los informales, dado el retraso en las estadísticas oficiales, es difícil saber su situación actual, pero es de esperar que sea peor que la de los formales. Tanto i) como ii) tienen una clara incidencia en el hecho de que los servicios hayan subido sistemáticamente por encima de los bienes desde febrero (+4,3 p.p., en promedio).

De esta manera, es muy probable que la inflación de bienes continúe su camino descendente en 2025, pero la situación de los servicios es distinta y podría derivar en cierta resistencia a la baja del índice general; más aun considerando que, en pleno año electoral, el gobierno necesita que los salarios sigan recuperando terreno para que se reactive el consumo. Haciendo un ejercicio hipotético, en el cual estos llegan a octubre 2025 con un poder de compra 5% superior al de noviembre 2023, la inflación oscilaría en torno al 2,3% m/m durante el primer semestre -ver gráfico-; guarismo muy inferior al de 2024, pero lejos de la nueva pauta cambiaria. ¿Una alternativa que puede ser atractiva para el oficialismo? Seguir postergando ajustes tarifarios.

Por último, hay un factor adicional que podría dificultar la convergencia de la inflación con la tasa del crawlingun eventual salto en los dólares financieros. Si la brecha vuelve a “despertarse”, algo que no debe destacarse dada la presión dolarizadora típica de los años de elecciones y un balance cambiario que a priori luce desafiante, habrá impacto en precios; sea vía el dólar blend como a través de expectativas.


[1] Cabe destacar que este 33% es en promedio. Dada la segmentación vigente, una parte de la población ya está pagando la tarifa casi completa, en línea con I-S 2019.

Finanzas y mercados

El dato de inflación de septiembre por debajo de lo que se esperaba fue una noticia que reforzó los buenos ánimos del mercado de la semana, que está incorporando un recorte en las expectativas de inflación. La curva de tasa fija continúa comprimiendo con mayor fuerza en el tramo largo: el rendimiento de la Lecap a junio de 2025 cayó de 40% el viernes pasado a 36% esta semana (TEM de 2,8% a 2,6%) y el Boncap a un año de plazo, cerró ayer con una TIR de 33% (TEM de 2,4%) vs 39% (TEM 2,8%) la semana previa. Los rendimientos de los bonos CER acompañaron la misma tendencia, con caídas de casi 3 p.p. en los bonos de mediano y largo plazo (la TIR del bono a junio cayó de 7,2% a 4,4% y el bono a diciembre cayó de 9,5 a 6,9%).

Con ello, la inflación breakeven no deja de comprimir semana tras semana. La inflación esperada para el primer semestre del año próximo pasó de 2,4% a principios de mes a 2,2% esta semana, mientras que para los instrumentos de más largo plazo perforó el 2% mensual y hoy refleja una tasa esperada de 1,8% para los últimos meses del 2025.

El mercado sigue de cerca el nivel del riesgo país, cuya baja contribuye con un mayor acceso a los mercados de deuda. Esta semana, el riesgo perforó los 800 pb, situándose hoy en 769 pb., que representa una caída de 78 pb semanal, 334 pb mensual y 1.135 pb desde diciembre de 2023. La derivada de un riesgo país a la baja es la mayor confianza en los soberanos en dólares, que mantienen el rally que venían registrando y mostraron crecimientos diarios toda la semana, alcanzando un promedio ponderado de $69 (+3,6% semanal, +13% mensual y +82% desde finales del año previo). El MERVAL (medido en CCL) alcanzó los USD 1.819 y superó el máximo registrado en febrero 2018, que había sido de USD 1.793 (aunque si se considera la inflación de EE.UU transcurrida, el valor de ese entonces se ubicaría en USD 2.225).

Las buenas noticias en el mercado local fueron tomadas muy positivamente por los bancos internacionales. La calificadora de riesgo Fitch Ratings actualizó de CC a CCC la calificación para Argentina. Asimismo, el miércoles después de la publicación del IPC de octubre, el JP Morgan ajustó a la baja su proyección de inflación para Argentina y espera una inflación media de 2,5% vs 3,8% estimado previamente. Asimismo, el Bank of America (BOFA) en un documento destacó su exposición en activos de Argentina por sobre activos de otros países de Latinoamérica, lo que sitúa al país en una posición más atractiva para las inversiones.

Como mencionamos en el NEF anterior, los buenos lazos que se vieron durante esta semana entre el presidente argentino y Donald Trump contribuyen con una la mejora en la ubicación de Argentina a nivel geopolítico, aunque restan muchas definiciones por delante, sobre todo las relacionadas al comercio y a un nuevo programa con el FMI. Consideramos que el mercado Argentino continúa teniendo espacio por delante pero que el mercado seguirá esperando las definiciones sobre el desarme de controles cambiarios para volver a niveles de riesgo país cercanos a los previos a la crisis 2018.





invecq