Sumergido en el clima electoral, el Gobierno decidió frenar el aumento de las naftas al postergar un mes el ajuste del impuesto a las transferencias de los combustibles que tenía previsto entrar en vigor el 1° de junio próximo, según consignaron este martes fuentes de la Secretaría de Energía.
Fuentes de la Secretaría que conduce Gustavo Lopetegui indicaron que la decisión se tomó "para evitar un impacto en la inflación" y el miércoles se publicará un decreto presidencial en el Boletín Oficial con la suspensión del ajuste del gravamen a la transferencia de los combustibles.
La reforma tributaria impulsada por Cambiemos y aprobada por el Congreso a fines de 2018 establece la actualización del tributo sobre los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono se aplica cuatro veces al año: en marzo, junio, septiembre y diciembre, como reflejo de los aumentos registrados en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de los tres meses anteriores.
En este caso, el primer trimestre de 2019 acumuló una suba de 11,8%. Por lo tanto, en las estaciones de servicio se esperaba un impacto en el precio por litro de entre 1% y 1,5% en las naftas y el gasoil.
A partir del primero de junio la nafta tenía previsto subir $1,095 por el ajuste de impuestos, mientras que el gasoil se debería incrementar $0,725. Sin embargo, por decisión del Gobierno esta actualización quedará pendiente un mes más.
En un momento en el que, gracias a la inauguración de grandes obras de infraestructura, la imagen del Presidente parece estar recuperándose del bajón en que lo sumió el pico inflacionario, una nueva suba de naftas parece la medida con peor "timing", desde el punto de vista de la estrategia electoral.Está claro que en otro momento la situación hubiera sido diferente, pero con las elecciones a la vuelta de la esquina y las encuestas que no son del todo favorables, la administración de Mauricio Macri se vio forzada a tomar una medida casi "kirchnerista" para no generar más antipatía en un electorado golpeado por los constantes aumentos y deterioro del poder adquisitivo.
Por otra parte, los funcionarios del área económica se entusiasman con la posibilidad de que los números de inflación marquen una caída mayor a la esperada, posiblemente con un registro menor a 3% para mayo. Y, se sabe, una suba de combustibles suele funcionar como un gatillo para los aumentos en cadena, ya que afecta a toda la logística industrial y comercial.
De esta manera, la Secretaría que conduce Gustavo Lopetegui espera moderar la suba en las naftas previstas para el sábado. Los aumentos estipulados se recortarían en alrededor de 1,5 puntos porcentuales, de acuerdo con las estimaciones del Ejecutivo.
Voceros de las estaciones de servicios, por su parte, habían evaluado que el incremento del impuesto iba a ser trasladado de forma inmediata a los surtidores, con el consiguiente impacto en los automovilistas.
Durante marzo pasado el Gobierno decidió desdoblar la aplicación del impuesto en dos partes, con lo cual el 50% de la suba del impuesto se cobró en abril.
Desde que el ex ministro de Energía Juan José Aranguren liberó el mercado de los combustibles, el precio se determina por cuatro variables: la cotización del crudo Brent, el tipo de cambio, los biocombutibles y los impuestos y como es habitual, con el cambio de mes las petroleras remarcan los precios de los combustibles para que estos vayan acompañando las fluctuaciones del dólar.Al margen de la decisión de postergar el ajuste tributario, las compañías petroleras vienen señalando que se mantiene un "retraso" en los precios de los combustibles, que deben ajustarse según la variación del tipo de cambio, la cotización del barril de crudo y la evolución de los biocombustibles.
Si bien el tipo de cambio estuvo relativamente calmo en mayo, las grandes compañías pasan a precios en tandas la suba del dólar de marzo, del orden del 10 por ciento. Entre el 80 y el 90 por ciento de los costos del sector están dolarizados y atados a la cotización internacional del precio del crudo.
Además de la variación del tipo de cambio, este mes el Gobierno aumentó el precio del biocombustible, que impactará en los surtidores.
Según las previsiones de las petroleras, el incremento que estaba previsto para junio -y que ahora se corre para julio- agregaría entre 2 y 2,5 por ciento de piso de aumento a los combustibles. A eso debería sumarse el traslado a precios de la devaluación del peso.
Según fuentes de las petroleras, los precios de las naftas se encuentran alrededor de 20 por ciento retrasados. Las empresas trasladan a los surtidores las fluctuaciones del dólar en partes, cercadas por la baja de la demanda de combustibles. En el sector estiman que el expendio de naftas caerá 2,8% este año, mientras que el de gasoil crecerá marginalmente por el impacto de la cosecha.En marzo, el Gobierno había decidido desdoblar en dos la actualización del impuesto. Una parte rigió desde ese mes y la otra mitad, en abril.
En mayo, los combustibles aumentaron entre 4 y 4,5 por ciento. En abril habían subido otro tanto. Las empresas suelen esperar que YPF mueva los precios, ya que detenta más de la mitad del mercado. Cuando no lo hicieron, luego acomodaron sus precios a los de la principal petrolera del país. Ocurrió con Raízen (Shell) en abril, que había subido 9,5% los precios y luego retrotrajo a la mitad, y con Axion en mayo.
Un reciente estudio elaborado por la consultora Economics Trend para la Federación de Expendedores de Combustibles del Centro del País (Fecac) reveló que en el último año de los $800 que se encareció el llenado de un tanque promedio (se pasó de $1.400 a $2.000), unos $720 corresponden a la devaluación. Los restantes $80 corresponden a los otros tres factores.
Sin embargo, las estaciones alertan por la fuerte presión impositiva en el sector, que estima ronda el 40%.
"La carga impositiva final en el precio del combustibles es mucho y muy fuerte. El Gobierno debería tomar nota de este impacto y debería bajar la presión, para que luego baje el presión final al consumidor", afirmó Gabriel Bornoroni, presidente de la Fecac.
"La presión impositiva del sector es de casi 40%, si se suma los impuestos al despacho de combustibles, el impuesto al Dióxido de Carbono, el Impuestos a las Ganancias, el IVA, las contribuciones patronales, Ingresos Brutos, comercio e industria de cada provincia y el impuesto al cheque o los débitos y créditos", agregó.
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