El iris del ojo, la huella o el ritmo cardíaco son algunos de sus rasgosdistintivos que las terminales bancarias utilizarán para autenticar laidentidad de sus usuarios.
En una clara intención por facilitar las operaciones financierascotidianas, dentro de un marco de seguridad, las innovacionestecnológicas en la banca comienzan a abrir el paso para comenzar atransformar el servicio de los Automated Teller Machine (ATM) ocajeros automáticos.
Pero si de innovación se trata, la biometría es la opción que hoy seevalúa a nivel local para incrementar la seguridad de las operacionesbancarias y así simplificar procesos.
Esta tecnología se basa en el reconocimiento del individuo a través delos rasgos distintivos de las personas, como la huella dactilar o el iris delojo, entre otros.
De esta forma, irán quedando atrás las tarjetas de débito para obtenerdinero o realizar otras transacciones. Los primeros pasos ya se handado.
Según los últimos datos del BCRA, en la Argentina hay 13.491 cajerosautomáticos, entre los que pertenecen a Red Link y Banelco. Si bienmuchos bancos realizaron anuncios de implementación, sólo unospocos comenzaron un verdadero proceso de transformación.
Entre los impulsores de esta tendencia se encuentra Red Link, laempresa de tecnología aplicada a servicios financieros y medios depago, que dispone de un motor biométrico que permite elreconocimiento de la huella dactilar, iris, voz y patrón de las venas, entre otros. Así, en sus cajeros automáticos hoy es posible que laspersonas puedan operar sin la necesidad de una tarjeta de débito.

"Hay bancos integrantes de Link que implementaron este sistema parasus jubilados y pensionados. En otros casos, ya lo están utilizando paratodos los clientes", asegura Jorge Larravide, gerente Comercial de Link.
"Aunque gradualmente se irán incorporando nuevos servicios ydispositivos para el uso de la biometría. Lo importante no es lainnovación por sí misma, sino que esté al servicio de las personas parahacerle la vida más fácil de verdad", comenta a iProUP.
En tanto, en Banelco, la red de cajeros del Grupo Prisma Medios dePago que opera 5.700 terminales en todo el país, hoy apuestanfuertemente al reconocimiento dactilar y facial.
"En el próximo mes contaremos con un motor biométrico que permitirá la utilización de esta tecnología, tanto en los cajeros como en otroscanales", explica Valeria Melchior, gerente de Productos deProcesamiento de la compañía.
"La idea es que sea un motor centralizado en el que las entidades quepertenecen a nuestra red se suban, de modo tal de simplificar procesosde un modo colaborativo", asegura en diálogo con iProUP.
Según las estimaciones de Prisma, durante el primer semestre de 2019se instalarán cerca de 1.000 cajeros biométricos. Todo dependerá de lasinversiones de los bancos y los tiempos de los procesos de importaciónde este tipo de terminales.
Entre aquellos que ya están en plena implementación se encuentraBanco Supervielle para entrega de recibos, blanqueo de pin, notificaciónde fecha de cobro y consultas de saldo y últimos movimientos decuentas y tarjeta de crédito, entre otros.En uso
En este caso, se realiza con reconocimiento a través de la huella digital, previo enrolamiento de los clientes en algunas de las sucursales.
A poco más de un año de su implementación, desde el banco indicanque más de 200.000 personas ya operan por este medio.
Esto deja a las claras que un servicio de este tipo no distingue rangosetarios para su adopción, debido a la simplicidad de uso y ladisminución de los tiempos de espera respecto de los métodostradicionales.
"La seguridad de un factor biométrico es muy fuerte dado que es algoinherente a la persona. Estos mecanismos cuentan además con técnicasde detección de vida para que no puedan ser imitados", añade MarceloAbella, gerente de Planeamiento Comercial y Canales Electrónicos deBanco Supervielle.
Debido a la gran aceptación de las terminales biométricas, Supervielleterminará el año con una red propia de 177 equipos y un 25% adicionalpara 2019.
"Creemos que hay mucho por hacer. Por empezar, vamos a continuaravanzando en el análisis e implementación de tecnologías yfuncionalidades que mejoren los servicios y hagan más eficiente lasoperaciones", concluye Abella.
Quien también viene trabajando en esta materia es Banco Galicia, queaplica la biometría tanto en sus cajeros automáticos como en suscentrales de autoservicio.
Su primera incursión en la simplificación de procesos fue la eliminaciónde sobres para los depósitos tras incorporar el reconocimiento dedinero efectivo en todas sus sucursales. Pero ahora va un paso más allá y se embarca en una prueba piloto de su primera terminal de expendio.
Se trata de un cajero, ubicado en su casa matriz, que permite tanto eldepósito de dinero como la extracción de fondos sin necesidad que elpersonal deba realizar la carga de la terminal.
Es decir, se trata de un ATM que se autoabastece. La previsión de BancoGalicia es contar con una amplia red de expendedores propios parafinales del año que viene.
Por otro lado, en el segundo semestre planean instalar ITM o cajerosinteractivos, los cuales no sólo actúan como una terminal convencionalpara depositar cheques, sino que también permiten interactuar a travésdel chat de video en la pantalla con personal de la línea de cajas.
"Lo que se viene son los cajeros biométricos, ya sea por reconocimientodactilar o facial, siendo éste último el que ofrece mayor seguridad", explica Gabriel Fragoso, gerente de Desarrollo de Canal de BancoGalicia.
Al mismo tiempo, desde ICBC Argentina aseguraron a iProUP que seencuentran trabajando para implementar tecnologías mixtas para laidentificación en cajeros en 2019."Por otro lado, a largo plazo, también se implementará en lasterminales la posibilidad de operar con Quick Response Code (códigoQR) y Near Field Communication (NFC)".
"Por ejemplo, ingresás a través de tu móvil al reconocimiento facial y, acercándolo al cajero, te habilitará para transacciones", indican desde elbanco. Estos equipos también incluirán la opción de huella digital.
Pese a que desde el Estado se promueve la digitalización ysimplificación de los procesos, todavía la seguridad en los cajeros deberesponder a las normativas del Banco Central de la RepúblicaArgentina, que exige que para las operatorias el cliente deba introducir"algo que sabe" (su clave personal), una "validación" (clavealfanumérica) y "algo que tienen", que aún sigue siendo su tarjeta dedébito.
Quien está en plena implementación de un sistema biométrico es BancoComafi, que puso a disposición esta tecnología para jubilados, pensionados y beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo quecobran a través de esa entidad bancaria y tienen registrada su huella, cumpliendo los requerimientos de la ANSES.
"Es un salto a nivel tecnológico que facilita la experiencia de uso de losclientes y que asegura la extracción de dinero, imprime el recibo dehaberes y da 'fe de vida' al comprobar que el destinatario de ese dineroes quien lo cobra", detalla Fabián Mealla, gerente de Banca Digital deBanco Comafi.
Asimismo, esa entidad se apresta a inaugurar en los próximos días susterminales de expendio, de autoabastecimiento propio en 20 sucursales, que se duplicarán los meses siguientes.
Usuarios únicos
La banca en la Argentina tiene un alto grado de retraso con respecto a loque ocurre en el resto de la región, donde los canales digitales estáncompletamente integrados a los sistemas automáticos y la innovaciónen validación es moneda corriente.
Pese al nivel de inmadurez tecnológica en los cajeros, la biometría llegó para quedarse.
La utilización de esta modalidad permite cumplir con dos aspectosesenciales para una operatoria financiera: la identificación y laautenticación.
Mediante la identificación biométrica es posible tener certeza que unapersona que opera un dispositivo (cajero automático, celular, etc.) esquien dice ser.
Para eso se utilizan distintos mecanismos. Algunos se refieren a laverificación de los datos de la persona que en la Argentina tienen baseen el Registro Nacional de las Personas (Renaper), que es el quealmacena toda la información de los ciudadanos, sus huellas digitales,foto, etc. que se utilizan en distinto tipo de documentación.
Como se dijo anteriormente, en la Argentina esto comenzó hace unosaños a partir del enrolamiento de los jubilados y pensionados con sushuellas dactilares en el banco donde cobran su haber previsional.
Sin dudas, la más conocida es la huella dactilar, implementadaampliamente en smartphones y dispositivos tecnológicos con sistemasTouch ID.Es así que mientras el pin y las contraseñas tienen fecha de caducidad, la biometría se impone en las variantes más disimiles.
El desbloqueo por huella dactilar es una de las soluciones más cómodaspara el usuario para simplificar la operatoria bancaria. En algunos, casos aún se usa asociado a la tarjeta de débito y funciona a modo depin o token.
El reconocimiento facial o del iris del ojo es otra de las opciones que labanca local analiza implementar en los próximos años. Se trata de laidentificación del cliente a través de su rostro, previo a una captura 3Dcon un alto nivel de precisión, lo cual no le permite confundiridentidades.
Algo similar ocurre con el iris del ojo que es una "marca corporal" queno cambia desde los dos años de vida y, al igual que la huella digital, esúnica.
En un escalón un poco más avanzado se encuentra el reconocimiento delas venas de la mano y la red que éstas conforman. Gracias a un sensorde luz infrarrojo, la terminal puede analizar el patrón, la forma y laestructura de los vasos sanguíneos para identificar a un usuario.
También el ritmo cardíaco puede servir para comprobar la identidad delcliente, ya que cada persona tiene un ritmo completamente distinto alresto. También es único el tamaño del corazón, del que también quedaregistro con este mecanismo.
El fin del fraude
En la Argentina, existen alrededor de 60 cajeros por cada 100.000habitantes, un número insignificante en comparación con Brasil, queposee alrededor de 108 terminales cada 100.000 personas, según datosdel Banco Mundial.
Localmente, se contabilizan un total de 9.000 operaciones por mes, queen su mayoría se realizan a través de la tarjeta de débito. El alto númerode transacciones abre el juego a los delincuentes que cometen fraudescon los plásticos.
Una de modalidades más comunes es la captura de la tarjeta a través de"pescadores", dispositivos que se instalan en el cajero y que retienen elplástico.
Según la empresa NCR, dedicada a soluciones de omnicanalidad yproveedora de equipos ATM, esta modalidad ya no es tan habitual, aunque allanó el camino a técnicas más sofisticadas.
Actualmente, el fraude más común consiste en la instalación de un"skimmer", un dispositivo que emplea la misma tecnología de lasterminales para leer la banda magnética de las tarjetas. Así, almacenainformación que luego será utilizada para el uso ilegal.
"Hoy se podrían instaurar algunas soluciones adicionales para otorgarmayor seguridad a la operatoria de los cajeros, como la validación por lautilización de token a través de la app de un banco", explica Fragoso.
"Pero todavía hay una normativa muy estricta por parte del Central encuanto a la utilización de los celulares dentro de los bancos, por lo queel uso de aplicaciones aún es limitado. Para eso deberíamos tenermayor flexibilidad en cada sucursal", completa.
Para ello, desde el sector trabajan activamente en la omnicanalidad delos distintos medios y así integrar el mundo digital en la bancaautomática.
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