La nueva postergación de la superfinal de la Copa Libertadores, entre River y Boca fue el tema dominante del fin de semana en la Argentina. Nada más importó. Es, en parte, lógico. El fútbol es una pasión y, como tal, así se vive: más con el corazón que con la razón. Antes de conocerse la noticia, y mucho más después, en los programas de televisión (deportivos o no), en radio, en las redes sociales, en las sobremesas y en las charlas de café, hubo una idea que se repitió hasta el cansancio: la mala imagen que daba el país ante el mundo. La improvisación, la falta de idoneidad en el manejo del operativo, las sospechas de connivencia entre barras y policías, los intereses de cada club, todo quedó expuesto, en una cadena nacional espontánea, durante horas y horas. Sorprendió, para bien, que los más afectados -aquellos hinchas de verdad, que pagaron su entrada y fueron dos veces al estadio inútilmente- no tuvieran una reacción desmedida ante semejante manoseo. No hubo interés de informarles a tiempo para que evitaran la molestia de concurrir al Monumental. Pero en esa preocupación colectiva por el "papelón" mundial que estaba haciendo el país, se esconde una cuota de liviandad social. Es difícil creer que en el mundo estuvieran aguardando un hecho así para formarse una idea de la sociedad argentina. Es posible que, por la experiencia, no esperaran otra cosa. El grado de frustración manifestado ante un evento deportivo trunco parece más acorde a la realidad de países con preocupaciones menores. La mala imagen no es novedosa ya que abundan ejemplos de una sociedad que perdió el rumbo hace tiempo. Basta recorrer sólo algunos para entender que lo vivido este fin de semana en materia deportiva no sorprenderá a los ojos del mundo. Estos son sólo algunos problemas más relevantes.
La Argentina es un país rico, con abundancia de recursos nacionales, un gran territorio y baja población, pero que naturalizó un 30% de pobreza crónica.
La provincia más importante del país cerrará este año con más de un mes sin clases para los alumnos de las escuelas públicas. En otros distritos, como Santa Cruz, se registró el año pasado un récord en ese sentido.
En las encuestas más importantes en materia de educación, salvo alguna mejora puntual, se expone un claro retroceso desde hace años en relación a otros países
Es uno de los cinco países con mayor inflación del mundo, un flagelo que no logra controlar desde hace décadas y que golpea a los sectores más necesitados.
Paga tasas elevadísimas para endeudarse ante la desconfianza del mercado al cumplimiento con los compromisos crediticios. Un temor fundado por haber defaulteado la deuda en más de una oportunidad, con aplauso del Congreso incluido.
Tiene una expresidenta que acumula procesamientos, un ex vicepresidente condenado, varios exfuncionarios presos y un Presidente en ejercicio que tuvo que explicar en la Justicia varias imputaciones.
Aparece en lugares destacados en los rankings de corrupción mundial que elaboran distintas organizaciones. De hecho, el caso de los "cuadernos" muestra un sistema de corrupción que involucra a empresarios y funcionarios de todos los signos. Un tema que fue noticia en todo el mundo.
En materia de inseguridad, hay un permanente agravamiento de las estadísticas y desde algunos países advierten a sus turistas el riesgo de visitar la Argentina.
Ante esta enumeración de hechos que muestran el fracaso colectivo, la imposibilidad de organizar un partido de fútbol pierde importancia relativa y queda como una consecuencia lógica ante la desidia crónica.
ambito
La Argentina es un país rico, con abundancia de recursos nacionales, un gran territorio y baja población, pero que naturalizó un 30% de pobreza crónica.
La provincia más importante del país cerrará este año con más de un mes sin clases para los alumnos de las escuelas públicas. En otros distritos, como Santa Cruz, se registró el año pasado un récord en ese sentido.
En las encuestas más importantes en materia de educación, salvo alguna mejora puntual, se expone un claro retroceso desde hace años en relación a otros países
Es uno de los cinco países con mayor inflación del mundo, un flagelo que no logra controlar desde hace décadas y que golpea a los sectores más necesitados.
Paga tasas elevadísimas para endeudarse ante la desconfianza del mercado al cumplimiento con los compromisos crediticios. Un temor fundado por haber defaulteado la deuda en más de una oportunidad, con aplauso del Congreso incluido.
Tiene una expresidenta que acumula procesamientos, un ex vicepresidente condenado, varios exfuncionarios presos y un Presidente en ejercicio que tuvo que explicar en la Justicia varias imputaciones.
Aparece en lugares destacados en los rankings de corrupción mundial que elaboran distintas organizaciones. De hecho, el caso de los "cuadernos" muestra un sistema de corrupción que involucra a empresarios y funcionarios de todos los signos. Un tema que fue noticia en todo el mundo.
En materia de inseguridad, hay un permanente agravamiento de las estadísticas y desde algunos países advierten a sus turistas el riesgo de visitar la Argentina.
Ante esta enumeración de hechos que muestran el fracaso colectivo, la imposibilidad de organizar un partido de fútbol pierde importancia relativa y queda como una consecuencia lógica ante la desidia crónica.
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