Daniel Lacalle: "Los emergentes han pensado que vivíamos una fiesta"

Doctor en Economía, profesor de Economía Global y Finanzas, y gestor de fondos de inversión, Daniel Lacalle es Economista Jefe de Tressis y uno de los mayores influencers financieros del mundo. Comenzó su trayectoria profesional en Estados Unidos y continuó en Londres, (en Citadel y Ecofin Limited) abarcando renta variable, fija, capital riesgo y materias primas.
Autor de varios bestsellers, ha sido votado durante cinco años consecutivos en el Top 3 de los mejores gestores del Extel Survey, el ranking de Thomson Reuters, en las categorías Estrategia General, Petróleo y Eléctricas.
En Investing.com hablamos con Daniel Lacalle sobre la actualidad de los mercados financieros, de bancos centrales, sus debilidades y sus retos. Aquí les mostramos la primera parte de la entrevista:
Estamos en plena vuelta al ‘cole’ en los mercados financieros. ¿Qué factores cree que marcarán el devenir de las bolsas en los próximos meses?
Los principales factores de aquí a final de año son monetarios y macroeconómicos. En cuanto al primero, después de ocho años de exceso monetario en todas las economías y de un flujo extraordinario del dólar hacia mercados emergentes, activos ultracíclicos, etc., estamos viendo que la marea se va a reducir de manera importante. Los dos principales bancos centrales del mundo, esto es, la Fed y el BCE, están en proceso de normalizar su política monetaria, lo que significa que las dos monedas principales del mundo (dólar y euro) van a reducir el exceso monetario de los últimos años. Y en cuanto a la parte macroeconómica, nos enfrentamos a un entorno de alto riesgo, pero no de recesión. A pesar de los problemas en los mercados emergentes, las previsiones hasta ahora han sido tremendamente optimistas y no creo que vayamos a ver una mejora. Simplemente reducción de optimismo.
En los últimos meses, los mercados temen cada movimiento que realiza Donald Trump. ¿Qué opinión le merece el presidente estadounidense, en cuanto a líder del país más potente del mundo y en cuanto a ‘negociador’ de acuerdos fundamentales para las relaciones económicas a nivel mundial?
Desde el punto de vista de negociador de puño encima de la mesa, Trump está teniendo mucho éxito. Lo estamos viendo con México, la UE, China… La diferencia es que el mundo está acostumbrado a que las cosas se negocien de manera diferente: celebrando una cumbre, haciéndonos una foto… Trump genera una fascinación increíble porque es el presidente de EE.UU que más titulares provoca, y además él busca eso. Si nosotros quitamos el ruido que genera un tuit, un comentario, etc… y nos fijamos en el medio plazo, veremos que Trump está haciendo exactamente lo que dijo que iba a hacer: defender los intereses de los norteamericanos. Que los mercados se hayan acostumbrado a una política ultraexpansiva no es culpa de Trump, sino de esos países y de esos inversores.
Prácticamente el 100% de analistas da por hecho una subida de tipos de la Fed este mes, pero el simposio de Jackson Hole generó dudas con respecto a la reunión de la Fed de diciembre. ¿Usted qué cree, subirá tipos de nuevo la Fed?
La Reserva Federal tiene que acumular herramientas para un cambio de ciclo. Está muy por detrás de la curva, y debería haber subido tipos en la época de Yellen. Si no los sube ahora y no reduce el balance ahora, y llega un cambio de ciclo, entonces sí que vamos a tener un problema. Conozco a Jerome Powell y creo que es una persona extremadamente técnica, no presta atención a la volatilidad de los mercados, sino a la realidad de la economía. La idea de apostar a que alguien no va a hacer lo que dice que va a hacer me parece muy peligrosa. La economía norteamericana puede y debe asumir al menos otras cinco subidas de tipos: las dos que quedan este año y tres el año que viene. Si no lo hace, el mensaje que estaría transmitiendo al mercado es que las cosas están mucho peor que lo que la gente ya asume, y eso no sería un catalizador positivo, sino una trampa que generaría una caída mayor. La Historia nos dice que los bancos nunca son predictivos, sino que siempre reaccionan.
¿Cree que el resto de bancos centrales deberían tomar nota y seguir los pasos de la Fed?
Sí, porque cuando en épocas de crecimiento y optimismo no acumulas herramientas para el futuro, te quedas sin herramientas. Si mañana entramos en una recesión en Europa, ¿qué va a hacer el Banco Central Europeo? Los tipos nominales negativos llevan a una economía al desastre. Como ciudadano, creo que retrasar la normalización de la política monetaria en un periodo en el que no hay crisis, no hay problemas reales, es caer en un exceso de optimismo. Los bancos centrales, o normalizan, o nos meten en otra crisis.
¿Cree que la política ultralaxa del BCE de retirada del QE a finales de este año puede ser el comienzo de una nueva política en 2019 o seguiremos en las mismas? El consenso no espera subidas de tipos hasta septiembre de 2019…
El BCE está siendo equivocadamente cauteloso, y su política es extremadamente agresiva. Lo estamos viendo en la banca, que lleva una caída brutal por los márgenes negativos, y en los propios países, que están diciendo que hay que gastar más. El BCE tiene que hacer lo que dijo que iba a hacer: normalizar la política monetaria.
El 15 de septiembre se cumplen 10 años de la caída de Lehman Brothers y el estallido de una de las mayores crisis financieras de la historia. ¿Qué cree que hemos aprendido de aquella crisis que no deberíamos volver a repetir?
Hemos aprendido relativamente poco. La política que tomaron los bancos centrales a partir de la quiebra de Lehman (que como ahora con el tema de Turquía, Lehman fue un síntoma, no la enfermedad), ha sido la contraria: inflar la burbuja de activos financieros, llevar a las economías y a las empresas a tener mucho más riesgo con mucha menor rentabilidad…. Y después de esa represión financiera, nos hemos encontrado quiebras de bancos en España, Italia, Francia, etc… Los gobiernos y los bancos centrales incentivan una política orientada hacia el gasto y la deuda, en vez hacia la inversión prudente y el ahorro. Esto constantemente infla burbujas en los activos financieros, y cuando pinchan, ellos se presentan como la solución. Lehman no fue el problema; el problema fue por qué Lehman tenía una cantidad tan grande de activos de alto riesgo. Y eso se promueve desde la política monetaria y desde la legislación. Las hipotecas subprime no eran ‘triple A’ porque se lo inventaran unas agencias de rating, sino porque estaban originadas por entidades públicas, y tenían por tanto el sello estatal. Los riesgos que estamos viviendo, cuando salten, van a ser bastante evidentes: Estados que financian a tipos completamente injustificados, los bonos soberanos cotizan con unas primas de riesgo sorprendentes… todo esto también es una burbuja. Lo único que hemos aprendido de Lehman es que el problema puntual de unos cuantos bancos no volverá a ocurrir igual, ocurrirá otro. Pero siempre vendrá de inflar artificialmente los activos de riesgo.
Finalmente, en este mercado tan convulso, ¿dónde aconseja usted invertir y por qué?
Para un perfil con bajo apetito por el riesgo y baja tolerancia a la volatilidad, como es en general el inversor español, no recomiendo estar expuesto a mercados emergentes. Tiene que estar expuesto lo máximo posible a mercados desarrollados, y a activos con muy poca exposición al ciclo económico y con muy bajo nivel de endeudamiento. Así, cuando vengan correcciones, estará cómodo a la hora de comprar. El inversor tiene que prestar atención a los resultados empresariales, a compañías que estén mejorando sus márgenes, resultados, posición financiera… Puede que parezcan más caras que otras que han caído mucho, pero no debemos caer en la “trampa de valor”, es decir, en esas compañías que han caído mucho y, por lo tanto, pensamos que están más baratas, porque no es así: sus estimaciones de crecimiento y beneficio son mucho menores.


El reciente intento por parte del Banco Central de Turquía de recuperar la confianza de los inversores subiendo los tipos de interés en su país ha caído en saco roto. Los analistas creen que hacen falta muchas más reformas internas en los emergentes para que estos países se recuperen.
En Investing.com hablamos con Daniel Lacalle, Economista Jefe de Tressis, de los retos de los emergentes, y también analizamos cómo puede terminar la incertidumbre en torno al Brexit y la guerra comercial con China, así como las oportunidades en el mercado de divisas.
¿Cree que la crisis turca ha tenido más protagonismo por ser agosto (y el verano en general) meses de menor cotización, o verdaderamente nos enfrentamos a un problema que puede suponer un efecto contagio a otros mercados?
El error es pensar que la crisis turca es una causa, cuando en realidad es un síntoma de un problema global y muy centrado en los mercados emergentes, que es el de todos esos países que durante los años de exceso de optimismo han aumentado sus desequilibrios fiscales y comerciales, así como su masa monetaria, pensando que estábamos viviendo una fiesta. Países que, en vez de aprovechar ese periodo de bajos tipos de interés y alta liquidez para mejorar su posición y fortalecerse, lo que han hecho es debilitarse. Turquía no es una novedad. La lira turca ya venía devaluándose de una forma importante desde 2017, incluso antes. El error también es pensar que Turquía va a generar un contagio. Turquía y Argentina son un síntoma de tantas economías débiles y con grandes retos que, en vez de mejorar sus desequilibrios, los han empeorado. Si nos acordamos, con la crisis griega pasó lo mismo: no era solo Grecia, sino que era un problema a nivel europeo. Ahora pasa lo mismo: no es solo Turquía, sino también Argentina, India, Brasil…
Y en cuanto a Venezuela, ¿qué deriva va a tomar el país, después de la última maniobra de Maduro de devaluar la moneda? ¿Cómo cree que va a terminar esta situación?
La política de Maduro es un despropósito fiscal, monetario e ideológico absoluto. Todos los problemas de Venezuela son causa de su irresponsable política de expropiaciones. La última ocurrencia, esta ridiculez de una nueva devaluación -como si el bolívar no se hubiera devaluado bastante-, genera mucha mayor inflación. La situación va a empeorar. A la irresponsable política monetaria se añade una represión absoluta en todo lo que tenga que ver con la inversión. Es como tener un ser vivo al que le tapas la boca y la nariz, y le das patadas en el estómago.
Mirando a los mercados emergentes en general (hemos visto Turquía, Venezuela o, más recientemente, el caso de Argentina…), ¿cree que estos países deberían implementar nuevas reformas internas más eficientes?
Cuando has generado una desconfianza absoluta en los ciudadanos y en los agentes económicos, con una política monetaria absolutamente irresponsable, lo primero es abandonar la política monetaria que están llevando a cabo y adoptar una moneda seria y fuerte. Ya ocurrió en Ecuador, con el sucre. Por ejemplo, cuando un argentino cobra 1 peso, lo cambia inmediatamente a cualquier otra moneda que no sea la local: sabe que no puede mantener sus ahorros y sus salarios en la moneda local porque el Gobierno va a destruirlo vía inflación, impuestos y devaluación. El error por parte de los emergentes ha sido pensar que el mundo iba a aceptar el constante aumento de la masa monetaria a cambio de nada. Y el error por parte del mercado es que porque un país haya tenido una caída durante seis meses, por ejemplo, ya esté descontado y aquí no pase nada.
En este sentido, ¿recomienda seguir manteniendo en cartera acciones españolas expuestas a emergentes o cree que los inversores deben ser cautos antes de apostar por estos valores?
En general, los valores que están más expuestos a mercados emergentes lo están porque han sido adquiridos a precios bastante exigentes. Esto comprime los múltiplos de las empresas. El inversor tiene que ser cauteloso y esperar a que estas empresas demuestren que sus resultados mejoran, en cuanto a márgenes y beneficios. Si las empresas no han identificado los riesgos, difícilmente el inversor va a identificarlos. Hay que tener los ojos bien abiertos para que los momentos de entrada no nos dejen sin capital para poder comprar o mejorar cuando se produzca el rebote. Hay empresas expuestas a emergentes con activos que tienen los ingresos dolarizados y el efecto moneda no existe, y que están haciéndolo muy bien. Por ejemplo, del Ibex 35 destaco las eléctricas, constructoras, empresas menos cíclicas, más orientadas al mercado doméstico… que han crecido casi a doble dígito.
Mirando a Europa, ¿cómo cree que va a terminar el ‘culebrón Brexit’? ¿Qué impacto puede tener en los mercados europeos?
El Brexit va a ser como las películas en las que parece que todo va a peor durante casi dos horas, y en los últimos cinco minutos se soluciona. El Gobierno británico está dando la sensación de que nada va a salir adelante, pero es una estrategia que se está haciendo de cara a los medios de comunicación. A medida que nos acerquemos a la fecha tope, en 2020, se solucionarán las cosas. El Brexit no va a afectar a la economía europea, la UE no es tan dependiente.
Es una expresión bastante frecuente decir que “cada vez que habla Donald Trump sube el pan”. En el caso de los mercados, cada vez que habla Trump, el dólar sube o baja. ¿Cómo valora usted en estos momentos el mercado de divisas? ¿Qué perspectivas hay a corto plazo con el dólar y cómo puede afectar al resto de monedas?
El otro día, un amigo me decía: ¿Tú para qué quieres trabajar, para una moneda fuerte o para una débil? Y esa es la pregunta que nos debemos hacer todos. Cuando llevamos muchos años de guerra de divisas, en la que todos los países intentaban devaluar su moneda para exportar más, y luego no exportaban más, termina habiendo un movimiento de capitales hacia el activo de menor riesgo, que es el dólar. Donald Trump puede decir lo que quiera sobre el dólar, pero la realidad está demostrando que los ahorradores del mundo prefieren tener dólares antes que su moneda local. Si el resto de monedas sigue aumentando sus desequilibrios monetarios, el flujo siempre va a ir hacia el dólar.
¿Cree posible un acuerdo comercial EE.UU.-China?
Sí, seguro. Con China, con la UE… con todos. Lo que pasa es que tenemos que ser muy cautelosos con los tiempos. Esto es un proceso de negociación entre el mayor cliente (EE.UU.) y sus proveedores. Y el mayor cliente, en vez de poner una sonrisa y decir “Yes, we can”, lo que está diciendo es: “Aquí se va a hacer lo que yo diga”. La diferencia entre uno y otro son exclusivamente las formas, porque las medidas que tomaba la Administración Obama y que está tomando ahora a Administración Trump son las mismas.


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