Los desaciertos de los altos funcionarios del gobierno en el plano económico no tienen fin: desde se viene el “segundo semestre” a “los precios ya están al nivel del dólar blue”, “este año 2016 crecemos al 2%” y “la recesión ha terminado”, en estos días culminaron con el exagerado optimismo de Luis Caputo, Nicolás Dujovne, Marcos Peña, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, quienes anticiparon a los periodistas amigos que el banco de inversión Morgan Stanley subiría la calificación del país de fronterizo a emergente y que terminó en otra desilusión como las afirmaciones anteriores sobre le futuro económico.
El déficit fiscal de más del 8% del PBI es el más alto en los últimos 50 años. Es decir, el “kirchnerismo de buenos modales” impidió esa calificación, por lo cual el optimismo oficial ya suena a delirio de optimismo, que es bueno que lo tenga un gobierno pero cuando está alejado de la realidad es muy malo.
Ayer el Merval bajó casi el 5% y las acciones argentinas que cotizan en Wall Street bajaron un 8%, un verdadero desastre en medio de una economía que sigue estancada, con el consumo en caída y aumento de la desocupación pese a que los funcionarios del área económica dicen que la economía está creciendo, y el consumo y el empleo también.
En conclusión, la percepción de la opinión pública es de recesión con inflación y los que saben de economía, como los bancos de inversión de Walll Street, desaprueban la gestión económica.