El Hombre de la Bolsa
Nick Leeson en Buenos Aires
“Existen 6 grandes potencias en Europa –dijo en su momento el cardenal Richelieu—Inglaterra, Francia, Austria, Prusia, Rusia y los Hermanos Barings”. El banco fue creado en 1762 y entre sus clientes figuraba nada menos que Napoleón III y la Reina de Inglaterra.
Tras trabajar durante un tiempo en el back office que el banco mantenía en Yakarta, Leeson solicitó un cambio de destino a la sucursal de Singapur. No sólo lo consiguió sino que además lo nombraron Director General del Baring Securities Singapore Limited. A poco de llegar, compró una ficha para operar en el SIMEX y despidió a buena parte de los operadores. En ese momento, en su figura recaían los puestos de Director General, Jefe de Mesa y Jefe de Back Office. Ese fue el primer paso: ¿quién controla al que lo controla todo? La operativa autorizada dese Londres sólo permitía operaciones en opciones y futuros para clientes y el arbitraje del futuro del Nikkei en SIMEX y en la Bolsa de Osaka. Eso no iba a frenar a Leeson. Al principio ganó millones y la aprobación de la cúpula del banco. Pero las cosas no salieron bien. Entonces empezaron los engaños y las maniobras fraudulentas. A través de la famosa cuenta 88888 -la cuenta de errores que tenía la entidad- Nick Leeson comenzó a esconder sus fracasos. El pretendía ir recuperando lo perdido con nuevas operaciones. La pelota fue haciéndose más y más grande, tanto que Leeson apostó todo en el mercado de futuros de Tokyo. El terremoto de Kobe en 1995 hizo que Japón repatriara su capital en el exterior y todo se desmoronara. La historia acaba con brutales pérdidas acumuladas, la quiebra de Barings, una nota de Leeson enviada por fax que decía “Lo siento” y una huída que terminó con su detención y extradición a Singapur, donde cumplió condena durante cerca de cuatro años. | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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