Los analistas de Link realizan esta interesante reflexión sobre la situación de los mercados y los efectos del referéndum británido: "Creemos conveniente advertir que, a partir de ahora y si bien los mercados de valores parecen haber “parado el primer golpe” del Brexit de forma más que aceptable, este factor va a continuar siendo un foco de incertidumbre y va a condicionar mucho el comportamiento de las bolsas en la segunda mitad del año, para bien o para mal, dependiendo de cómo se vayan desarrollando las negociaciones entre el Reino Unido y sus futuros ex socios de la Unión Europea.
En este sentido, señalar que si el Reino Unido quiere, como todo apunta, seguir teniendo acceso al mercado único deberá aceptar una serie de puntos que, en principio, los partidarios del Brexit rechazan: i) la libre circulación de personas; ii) la contribución al presupuesto de la UE; y iii) la aplicación de las leyes comunitarias en territorio británico.
La alternativa a este escenario, la renegociación desde cero de la relación comercial entre ambos territorios tras la pérdida del acceso al mercado único por parte del Reino Unido, puede ser mucho más dura para ambas partes pero, sobre todo, para los británicos.
Los primeros efectos del Brexit no se han dejado esperar, como la reducción del rating crediticio del Reino Unido y de la UE, y con el anuncio ayer por parte del gobernador del Banco de Inglaterra (BoE), el canadiense Mark Carney, de que durante el verano deberán bajar tipos o incrementar la actual QE vigente, anuncio que como siempre fue acogido de forma positiva por los inversores más cortoplacistas. Este hecho depreciará la libra y encarecerá las importaciones británicas y, por tanto, la capacidad de gasto de los consumidores, entre otros efectos.
Por tanto, y a partir de ahora, el desarrollo de las negociaciones entre los hasta ahora socios en la UE y el impacto del Brexit en los indicadores económicos adelantados de ambas regiones, especialmente en los de confianza, deberán ser seguidos y analizados muy de cerca por los inversores. Ante este escenario de incertidumbre, creemos que se debería adoptar una estrategia de inversión conservadora, apostando por valores de corte defensivo que ofrezcan una atractiva rentabilidad por dividendo, la cual no esté supeditada al ciclo económico. Es por ello que recomendamos sobreponderar sectores como el de las utilidades, las telecomunicaciones, las infraestructuras y la alimentación."
La alternativa a este escenario, la renegociación desde cero de la relación comercial entre ambos territorios tras la pérdida del acceso al mercado único por parte del Reino Unido, puede ser mucho más dura para ambas partes pero, sobre todo, para los británicos.
Los primeros efectos del Brexit no se han dejado esperar, como la reducción del rating crediticio del Reino Unido y de la UE, y con el anuncio ayer por parte del gobernador del Banco de Inglaterra (BoE), el canadiense Mark Carney, de que durante el verano deberán bajar tipos o incrementar la actual QE vigente, anuncio que como siempre fue acogido de forma positiva por los inversores más cortoplacistas. Este hecho depreciará la libra y encarecerá las importaciones británicas y, por tanto, la capacidad de gasto de los consumidores, entre otros efectos.
Por tanto, y a partir de ahora, el desarrollo de las negociaciones entre los hasta ahora socios en la UE y el impacto del Brexit en los indicadores económicos adelantados de ambas regiones, especialmente en los de confianza, deberán ser seguidos y analizados muy de cerca por los inversores. Ante este escenario de incertidumbre, creemos que se debería adoptar una estrategia de inversión conservadora, apostando por valores de corte defensivo que ofrezcan una atractiva rentabilidad por dividendo, la cual no esté supeditada al ciclo económico. Es por ello que recomendamos sobreponderar sectores como el de las utilidades, las telecomunicaciones, las infraestructuras y la alimentación."