Altos cargos del Banco Central Europeo (BCE) fijaron el jueves los límites de su acción futura, asegurando que la institución no tiene planes de transferir dinero directamente a los ciudadanos, si bien sigue dispuesto a dar pasos más pequeños para hacer frente a la desaceleración global.
"No estamos estudiando nada de eso, así que no está sobre la mesa de ninguna manera o forma", dijo el vicepresidente del BCE, Vitor Constancio, a los legisladores en el Parlamento Europeo, hablando sobre el concepto de hacer pagos directos a ciudadanos, considerado por algunos como un último recurso.
Sus declaraciones, que se hicieron eco de las del economista jefe de la entidad, Peter Praet, fijan un límite efectivo a la acción del BCE, aunque dejan abierto un rango de medidas menores, como la ampliación del programa de compra de bonos del organismo.
Desde la economía china, la que fuera motor del crecimiento global, empezó a flaquear, las perspectivas están diluyéndose para los grandes países exportadores como Alemania, la base de la zona euro.
En un intento por revivir el euro, el BCE presentó planes de impresión de dinero cada vez más ambiciosos para comprar bonos y otros activos y empezará pronto a pagar incluso a los bancos para tomar prestado su dinero a condición de que entreguen más créditos.
Pese a decantarse por esta opción, muchos en Fráncfort siguen preocupados, sobre todo por el gris panorama de la economía global.
Haciéndose eco de las inquietudes expresadas por sus homólogos en Estados Unidos sobre las inciertas perspectivas para la economía mundial, Mario Draghi escribió el jueves en su informe anual que este será otro año desafiante para el BCE.
"Afrontamos incertidumbre sobre las perspectivas de la economía mundial. Afrontamos fuerzas deflacionarias continuadas. Y afrontamos dudas sobre la dirección de Europa y su resistencia a las nuevas sacudidas", escribió Draghi en el informe.
NO HAY RENDICIÓN
El tono pesimista de Draghi coincidió con el mostrado por los integrantes de la Reserva Federal de EEUU en las actas de su reunión de marzo, que fueron publicadas el miércoles. El documento reveló que los "participantes en general veían que continuaba habiendo riesgos para la economía global".
Draghi insistió en que "el BCE no se rinde ante una inflación excesivamente baja", un mensaje que muestra su voluntad de actuar.
Dicha acción podría implicar una remodelación de su programa de compra de bonos, aunque podría adoptar otra forma.
La publicación de las actas del encuentro del Consejo de Gobierno del BCE el 9 y 10 de marzo, cuando se ampliaron las medidas para ayudar a la economía y se rebajaron más los tipos de interés, mostraron que aunque los gobernadores del BCE estaban, en general, de acuerdo, algunos expresaron sus reserva.
reuters