El dólar sube y el Banco Central (BCRA) hace algunos intentos por detenerlo. Casi roza los $ 16 y si bien para muchos el precio está sobreactuado, para otros la cotización se acerca cada vez más al valor real de mercado, muy lejos de aquellos $ 14 en los que se ubicó al dejar atrás el cepo.
Los economistas consultados por Cronista.com mostraron que existe una grieta respecto a dónde debe ubicarse hoy el valor del billete y también sobre el rol que debe desempeñar un BCRA al que admiten todavía no conocer.
“El dólar sube porque el dólar sigue atrasado y por ello no alcanza la oferta de los exportadores para compensar la demanda de importadores y viajes. Mientras el país esté en default, no habrá ingresos de capitales que compensen ese GAP”, analiza Martín Polo Economista en jefe de Analytica.
Para él, la cotización “es alta” y “no ayuda a contener las expectativas”. “La devaluación de enero fue del 6% y la de febrero se encamina al 12%. No ayuda”, agrega.
En cuanto al papel de la entidad que encabeza Federico Sturzenegger, dice que por ahora el mercado “está tratando de decifrar que hará el BCRA”.
“A este BCRA no lo desvela el tipo de cambio”, asegura Polo, y lo adjudica a que detrás está latente la confianza de que “tras el stay (de Tom Griesa en el conflicto con los fondos buitre) ingresen capitales y con eso se estabilice”.
Para Diego Martínez Burzaco, economista en jefe de Inversor Global, “al Gobierno le conviene la suba del dólar para estimular exportaciones del campo, recibir más del impuestos de las retenciones de la soja y equilibrar la competitividad respecto a socios comerciales”.
Sin embargo, advierte que “la contra es que repercute en más expectativas de inflación que complican las discusiones paritarias”.
“Creo que en torno a $ 16 podemos encontrar un techo con la salida del BCRA a escena como se vio. Tampoco es conveniente dejarlo subir mucho por el Central tiene posiciones abiertas vendidas en Rofex (futuros del dólar) y eso le genera déficit y mayor emisión. Y es cierto que tampoco pueden dejarlo subir indefinidamente”, analiza.
El economista Agustín D’attellis, quien supo formar parte de La Gran Makro y defensor de las políticas de gobierno del kirchnerismo, dice en cambio que un dólar a $ 16 no es alto.
“La cotización no me parece alta. Creo que va a seguir con esta tendencia. La inflación se disparó con la devaluación y la expectativa inflacionaria es alta. El dólar acompañará para no quedar retrasado nuevamente. Para fin de año estaría en torno a los $ 19”, pronostica D'Attellis.
Apunta que esta situación “beneficia a los sectores exportadores y a los sectores financierosque especulan con el dólar liberado” y que “el BCRA tomo la decisión de casi no intervenir en el mercado, porque creen que lo mejor es que el precio lo fije el mercado". "La clave de la estabilidad cambiaría de acá en adelante -dice- está en el acuerdo con holdouts”.
“Cambió mucho todo. La realidad actual en materia económica es especialmente diferente a lo que era, y así como antes le pifiaban por intentar interpretar la economía con el prisma de la ortodoxia, ahora es al revés, si la pensamos como era antes, le pifiamos”, asegura.
En la misma línea, Felix Piacentini, economista y director de Noanomics, afirma que, “luego de salir del cepo, el dólar hizo un undershooting en lugar de overshooting, basado sobre todo en la confianza en el nuevo Gobierno y equipo económico”.
Y explica: “El dólar de 13 o $ 14 no era suficiente para la producción y las economías regionales. Con esos niveles, volvíamos a un tipo de cambio real de 2014. Creo que los valores de hoy son más realistas y son niveles en que la producción andará más cómoda”.
Advierte en tanto que la economía argentina “no está preparada para un tipo de cambio flotanteporque es una economía muy dolarizada y cualquier movimiento del tipo de cambio puede terminar en precios”.
Y concluye: “La flotación sucia es para ver hasta donde llega el tipo de cambio, pero no creo que si se escapa dejen de intervenir, en especial en vísperas de paritarias. Quizás después lo suelten un poco más, si es que el endeudamiento externo no es suficiente o no cumple las expectativas en cantidad y tasa”.