Las expectativas condicionaron como nunca las acciones. Las elecciones coparon el ámbito local mientras que el petróleo dominó el frente externo. Con estos matices tan diferentes, el año que se fue nos dejó valiosos consejos para invertir en 2016.
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En una época en la que abundan los balances, no puedo obviar evaluar lo que nos dejó el año pasado. Pero voy a ser sintético.
Si tuviera que resumir 2015 en una frase diría que fue el año de las expectativas, tanto buenas como malas. Y esta dualidad terminó de plasmarse en las acciones ganadoras y perdedoras del período que ahora vemos por el espejo retrovisor.
Afortunadamente, de lo mejor y de lo peor podemos extraer tres provechosas lecciones para elegir mejor los activos en 2016.
Los ganadores del año
Las acciones más pujantes tuvieron un combustible especial: las expectativas en torno a las elecciones.
El mercado estuvo más pendiente de la posibilidad de un cambio de gobierno que de lo que pasaba en los balances de las empresas. En este sentido, vimos una volatilidad muy grande atada a lo que las encuestas vaticinaban que podía ocurrir en los comicios de octubre.
Cuando el 25 de octubre se conoció la noticia de que veríamos una segunda vuelta electoral, ya se veían acciones que habían multiplicado su valor varias veces. La victoria de Macri en el balotaje terminó de confirmar lo que el mercado ya había anticipado.
De ese ranking, tres acciones están ligadas a la construcción. CAPU y DYCA son desarrolladoras, tanto de viviendas como de obras de infraestructura. En tanto, COLO es el siguiente eslabón de la cadena ya que es líder del mercado de pinturas.
Por su parte, AGRO es un referente indiscutido en la fabricación de maquinaria agrícola, especialmente en el segmento de sembradoras. Su negocio depende vitalmente de la inversión tecnológica del campo argentino.
MIRG es una compañía industrial diversificada en tres segmentos: automotriz (fabricación de aires acondicionados, cajas de dirección y enllantado), electrónica de consumo (aires acondicionados, televisores, microondas y notebooks) y telefonía móvil.
Estas empresas, al igual que otras de sus sectores, venían peregrinando por un desierto de magros rendimientos, incluso de pérdidas. Sus respectivas actividades habían caído en desgracia por la dinámica económica de los últimos años.
El cepo cambiario y la falta de inversión afectaban la construcción y toda su cadena de valor. El sector agrícola, asediado por elevadas retenciones y precios internacionales en caída libre, no tenía incentivos para desarrollarse.
Finalmente, la falta de dólares, las restricciones a las importaciones y el deterioro del sector automotriz minaban la producción de empresas como Mirgor.
"La lección que nos dejan los “ganadores de 2015” es que todavía queda mucho camino por recorrer en esos sectores que parecían olvidados. Hay potencial" |
La lección que nos dejan los “ganadores de 2015” es que todavía queda mucho camino por recorrer en esos sectores que parecían olvidados. Hay potencial.
No creo que las subas únicamente se limiten únicamente a esas empresas, sino que podría ser el inicio de un ciclo virtuoso. Hay valor en papeles de esos rubros que aún no vieron crecer sus cotizaciones como lo hicieron sus pares.
2016 podría ser la primera parada en el camino de recuperación real de la construcción, el agro, la industria automotriz y las actividades relacionadas.
Los perdedores de 2015
Las acciones que estuvieron en el fondo de la tabla tienen un denominador común: el petróleo. Sus cotizaciones fueron el reflejo de las perspectivas bajistas del commodity y de un mundo que crece menos.
Este es el ranking de los papeles de peor performance de la Bolsa:
De las cinco acciones señaladas, sólo STD no se relaciona con el crudo. Su baja se vincula con la debilidad del negocio bancario en España y Europa.
El resto de los activos mencionados acusó el duro golpe del desplome del petróleo desde US$ 100 hasta US$ 35 en los últimos 18 meses. A mayor debilidad del “oro negro”, una mayor cantidad de proyectos caen debajo del umbral de rentabilidad y las firmas se ven obligadas a recortar sus planes de expansión.
Asimismo, las valuaciones de todos los activos de estas empresas se revisan a la baja para que los balances se condigan con una realidad más austera. El precio de las acciones no es más que el reflejo de todos estos condimentos bajistas.
Pero muchas acciones fueron castigadas sobremanera e injustificadamente. A empresas con buena salud financiera, baja carga de deuda, abundante liquidez e ingresos diversificados el mercado le está poniendo precios irrisorios.
Y esta es la segunda conclusión importante: hay empresas petroleras que tienen precios de remate. Hay compañías que valen mucho más que lo que dicen sus cotizaciones o, lo que es lo mismo, tienen descuentos significativos. Son una oportunidad.
Ciertas acciones volverían a brillar con una recuperación de la cotización del barril de crudo. Y 2016 podría ser el año del rebote. Los US$ 35 están siendo un piso duro de perforar, mientras que la desinversión en el sector debería empezar a mostrar sus frutos en una menor producción y una presión al alza del precio.
En paralelo, buena parte de la coyuntura depende de un conflicto geopolítico que va más allá de cuestiones del mercado y que está ahogando a las naciones petroleras con finanzas públicas vulnerables, algo inviable a largo plazo.
A modo de resumen, 2015 nos deja lecciones importantes.
De las acciones y sectores ganadores, quédese con la palabra potencial. De lo que nos enseñan los perdedores del crudo quédese con el concepto deoportunidad.
Y, además, incorpore una tercera idea surge del análisis combinado de las dos anteriores: selectividad.
Ya sea en sectores dinámicos con amplio margen de mejora como en rubros que se encuentran en un piso a la espera del rebote, ser riguroso en la elección es clave.
No se rija solamente por el potencial o la oportunidad. Elija empresas sanas y sea selectivo para asegurarse el éxito final de sus inversiones en 2016.
Por una nueva inversión exitosa,
Nery