Día D: en una pulseada entre "halcones" y "palomas", Prat Gay define qué tan brusca será la devaluación

Alfonso Prat Gay encaró el primer fin de semana como ministro de Hacienda y Finanzas diseñando los últimos ajustes a la estrategia cambiaria que desplegará el flamante Gobierno.

La devaluación es una decisión tomada. La incógnita es el timing y, en definitiva, el precio final del dólar que se intentará defender.
Por cierto, este tema ya dio lugar a la primera "interna" en el equipo económico macrista.
Hay un grupo que prefiere tomar todas las medidas desagradables "de un tirón", para aprovechar el momento político positivo, mientras que otro está a favor de una estrategia de tipo escalonada.
Traducido en cifras, el primero es partidario de una devaluación fuerte, para llevar el tipo de cambio a los $15, mientras que el segundo prefiere ubicarlo en torno de los $12 y esperar estabilización progresiva.
La clave para ver cuál de los dos impondrá su criterio será la cantidad de dólares que el nuevo Gobierno consiga captar para fortalecer las menguantes reservas del Banco Central.
Es que sin billetes verdes, o con muy poca cantidad, la devaluación sería un verdadero salto al vacío.
En la previa al fin de semana, cuando se le preguntó por el dólar, Prat Gay remarcó: "No tengo la bola de cristal. Pero si la pregunta es si vamos a levantar el cepo y a unificar el tipo de cambio, la respuesta es sí".

"Y lo haremos cuando sea el momento adecuado: lo más rápido pero lo más tranquilo posible", completó.
La traducción de "tranquilidad", en la acepción del equipo económico macrista, pasa porrobustecer las arcas del Banco Central.
Para ello, tiene previsto un mix de medidas, que van desde el préstamo de un grupo debancos internacionales hasta el acuerdo con los productores rurales, pasando por un swapde lingotes de oro que atesora la entidad.
Halcones y palomasEsta división interna entre aquellos que se encolumnan en la línea dura -los llamados"halcones"- y los gradualistas -o "palomas"- se ha intensificado en los últimos días.
Macri ya tiene ambos equipos formados y cada uno busca convencerlo de que la suya es la mejor estrategia. El eje de la discusión pasa por los tiempos, los modos y la profundidad de la devaluación.
- De un lado se ubican Alfonso Prat Gay y Federico Sturzenegger, a quienes Macri designó como ministro de Hacienda y Finanzas y presidente del Banco Central, respectivamente.
Del otro, Gustavo Lopetegui y Rogelio Frigerio, coordinador del equipo económico y titular de la cartera de Interior.
Por cierto, esta última dupla tiene una visión política que Macri pondera

No fue casualidad que durante en la jura como Presidente dijera que Lopetegui -ex CEO de LAN- era "el mejor" y que le agradecía su renuncia en el sector privado para desempeñarse en la función pública.
"Lopetegui es una especie de experto en situaciones críticas. Tiene una mirada políticamuy clara sobre el funcionamiento de la economía. Y eso Macri lo valora", subraya un ex colaborador del ahora coordinador del área económica del Gobierno.
Además, hay que destacar los contactos de Lopetegui con las principales empresasformadoras de precios. Este, precisamente, es un punto muy fuerte para la estrategia oficial, dado que sólo se puede implementar la devaluación en simultáneo con medidas que acoten el riesgo del contagio a los precios de los productos de consumo masivo.
Frigerio es un economista reconocido y, de hecho, sonó hasta último momento como el ministro de Economía. Finalmente, Macri quiso que se ocupe de mantener buenos vínculoscon los gobernadores.
En tanto, el tándem Prat Gay-Sturzenegger defiende la idea de una liberalización del tipo de cambio lo más "pura" posible. Que sea, en definitiva, el mercado quien defina el valor de la divisa estadounidense.
Ambos están seguros de que con los dólares que provendrán de los bancos internacionalesy del campo (por un monto de al menos u$s15.000 millones) el Banco Central podrá sostener inicialmente un tipo de cambio de $15 que, incluso, podría bajar con el correr de las semanas.
El temor de las "palomas"
En contraposición, la dupla Lopetegui-Frigerio teme que una devaluación abrupta dé lugar a un "overshooting" que ponga en riesgo la gobernabilidad, y es por eso que considera que lomejor sería que se haga con escalas.
Concretamente, que haya una etapa inicial con un dólar entre $12,50 y $13,50 y luego - sóloen caso de necesitarse- una pasaje a $15, una vez que haya transcurrido el verano.
Ambos consideran que esta estrategia deja margen de maniobra para ir sentándose aconversar con los formadores de precios y con los sindicatos, de modo tal de reducir eltraspaso (a precios) de la devaluación y contener las demandas sociales.
Incluso, hay funcionarios que preferirían postergar la corrección cambiaria hasta despuésde las Fiestas, para así evitar un shock inflacionario en un momento del año tan delicado.
Esta discusión, que en los próximos días deberá saldar Macri, también se hizo presente en la cumbre con los gobernadores.
Si bien el tema no fue mencionado explícitamente, el santafesino Miguel Lifschitz es uno de los que admite que los mandatarios provinciales le temen a las políticas de shock, por lasconsecuencias sociales que podrían acarrear.
En busca del colchón
Mientras se decide cuál es la mejor opción, el equipo económico cuenta los billetes verdesque se van confirmando para reforzar las arcas del Banco Central.
"A Caputo le fue muy bien en el viaje a Estados Unidos. Estamos negociando alternativas para que los dólares, que no se deberían haber ido, vuelvan lo antes posible", afirmó Prat Gay.
Sus dichos fueron en alusión a la gira de su secretario de Finanzas, cuyo principal objetivo fue el de para "pasar la gorra" entre los principales bancos de inversión.
Prat Gay completó: "Luego vendrán los dólares comerciales y los destinados a inversiones. También los que están debajo del colchón, que hay un montón, y los que se compraron a $16. Todos esos van a volver".
El optimismo del ministro se basa en los acuerdos, por ahora de palabra, que Caputo logrótras los encuentros con los financistas en Nueva York.
Un sindicato de bancos de Wall Street podría acercar entre u$s5.000 u$s8.000 millonesmediante préstamos.
El Gobierno pondría como garantía una letra por u$s10.000 millones que el Tesoro nacional le había extendido al Banco Central cuando Néstor Kirchner saldó la deuda con el FMI.
También apuntan a captar u$s2.000 millones adicionales por un "swap" a parti del oro que está en poder del Banco Central. El acuerdo contempla la recompra de los lingotes en un futuro (en verdad se transan certificados).
La tercera vía para acercar billetes verdes es el campo. En ese sentido, los cambios en las retenciones se aplicarán desde esta semana.
"Hemos tenido una buena discusión con las cerealeras, que están dispuestas a adelantaralgunos de estos fondos", cuenta Prat Gay.
En principio, estaría acordado que liquiden u$s3.300 millones durante diciembre (a razón de u$s330 millones diarios) y u$s6.700 millones adicionales de enero a marzo, hasta completarunos u$s10.000 millones.
La eliminación de las retenciones al maíz, trigo y varios productos de las economías regionales ya es un hecho. Además, se avanzará en la rebaja de cinco puntos -del 35% al 30%- para la soja.
La urgencia juega en contra
El reloj corre y no hay peor escenario que el de una devaluación tan anunciada, ya que inversores y empresas toman decisiones con el único fin de resguardarse frente a lo inevitable.
Los hechos son elocuentes. En los primeros dos días de Macri como Presidente las reservas cayeron nada menos que u$s431 millones y ya están por debajo de los u$s25.000 millones.
La situación obliga a tener que tomar acciones rápidas. Entre las ventas de "dólar ahorro", que alcanzaron los u$s70 millones por día la última semana, y la demanda de los importadores, elBanco Central se va quedando sin liquidez.
Por ese motivo, hay quienes sospechan que, más que una estrategia gradual, el Gobierno irápor una devaluación abrupta pero manteniendo el cepo.
Se estima que con unos u$s15.000 millones adicionales en las reservas, el BCRA podríadefender una paridad de $14/$15.
Otro aspecto, no menor por cierto, es que la cantidad de divisas que se consigan también será determinante para el nivel de tasas.
Cuanto menos billetes verdes haya, el tipo de interés deberá situarse en un piso más elevado. Ese aumento en el costo del dinero (créditos para consumo y líneas para empresas)afecta negativamente a la actividad económica.
Otro síntoma de la urgencia con la que el equipo económico está manejando la situación cambiaria es la rápida embestida de Sturzenegger contra los bancos, a raíz de la "herencia"recibida en concepto de dólar futuro.
Tal como ya diera cuenta iProfesional su antecesor, Alejandro Vanoli, pactaba con las entidades contratos "baratos" - por ejemplo a apenas $10- cuando en el exterior esosmismos acuerdos se negociaban a $15.
Esa diferencia de $5 (entre el precio estipulado y la cotización del billete verde al vencimiento de cada convenio), deberá ser cancelada por el Banco Central

Cuanto mayor sea esa brecha, más pesados se hacen esos compromisos.
En otras palabras, si el Gobierno decidiese avanzar en una devaluación -con el fin de corregir el atraso cambiario- podría costarle al Banco Central más de $50.000 millones por este concepto, a raíz de la multimillonaria cantidad de contratos negociados.
Es por eso que Sturzenegger no quiere perder un minuto en resolver este tema. Unaalternativa que se baraja es la de ofrecerles a los bancos un bono y que estos, a su vez,adelanten el pago del impuesto a las Ganancias. Otra es la de repactar los precios que fueran acordados.
El problema del dólar no es el único que la administración saliente dejó como herencia.
También está el de los pesos: para financiar al sector público, la administración K imprimió de tal manera que ahora la base monetaria ya supera los $600.000 millones (creció 40% en términos interanuales).
Para avanzar en una devaluación, resulta clave resolver estos temas.
En el caso del dólar futuro, el manejo político es de por sí delicado. Por un lado, porque lasentidades financieras son las mismas que los funcionarios precisan para abastecer de dólares al Banco Central.
Por otro, porque el resultado de la pulseada no dejará de interpretarse como una señal política hacia el resto de los agentes económicos.
Bancos y empresas observarán al detalle la secuencia de esta pelea, que se convertirá en elprimer test de fortaleza astucia política de la administración que recién se inicia.

iprofesional