BBVA destinó más de 200 millones de euros a defender su cotización durante las turbulencias bursátiles vividas en verano. La entidad elevó su autocartera desde el 0,174% hasta el 0,544%, tras realizar docenas de operaciones diarias entre julio y agosto.
En concreto, el banco presidido por Francisco González compró acciones propias entre el 7 de julio y el 28 de agosto. Precisamente, el Ibex 35 registró su mayor caída en tres años el 24 de agosto, sesión en la que la entidad adquirió 7,8 millones de acciones a 7,9 euros y realizó la transmisión de 1,1 millones de títulos a 7,93 euros.
La recompra de títulos propios es una práctica tradicional entre las grandes empresas cotizadas que tratan de proteger su capitalización en periodos de alta volatilidad. De hecho, BBVA fue una de las entidades menos castigadas del Ibex entre el 7 de julio y el 31 de agosto, periodo en el que se realizaron estas operaciones. Así, los títulos de la entidad descendieron un 3,3% en el periodo, frente a la fuerte caída registrada por valores como Caixabank (-5,2%), Popular (-8,67%), Sabadell (9,5%) y el Santander (-11%).
Algunas compañías también recurren a la autocartera como vía alternativa de retribución al accionista, mediante su futura amortización; o con el objetivo de obtener plusvalías futuras.
Las turbulencias que sacudieron los mercados en las últimas semanas de agosto fueron una oportunidad para los inversores y muchos se lanzaron a comprar. Así, BlackRock aumentó su participación en BBVA hasta el 5,008% tras comprar el 19 de agosto 1,4 millones de acciones.
La situación en la Bolsa también fue aprovechada por el consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, para adquirir 10.000 acciones de Repsol, y por su homólogo en DIA, Ricardo Currás, que ha elevado su participación en la cadena de supermercados al adquirir 25.000 acciones el 24 de agosto, cuando los títulos registraron su precio más bajo de este año.
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