Espíritu emprendedor en el seminario organizado por Banco Ciudad y IAE. *

Ayer se realizó el seminario “El espíritu emprendedor y la innovación motor del desarrollo económico social y ciudadano en LATAM”, organizado por el Banco de la Ciudad de Buenos Aires junto a la Escuela de Negocios del IAE, en el hotel Pestana. Ante un auditorio lleno de emprendedores, especialistas y economistas; los expositores, referentes del emprendedorismo en el país y en Latinoamérica, debatieron e intercambiaron  ideas, propuestas y objetivos  para el futuro del sector.
En la inauguración, el presidente del Banco Ciudad, Rogelio Frigerio, advirtió que el modelo a seguir por la Argentina “no es ni China ni Corea, como pretende el ministro Axel Kicillof” y alertó que esos países “basaron su desarrollo en democracias débiles y salarios bajos en dólares”.
“Esos modelos son imposibles de copiar en la Argentina. Nuestro camino es distinto y ese es el que tiene la Argentina para desarrollarse”, sostuvo Frigerio.
Destacó que la Argentina tiene “emprendedores a prueba de balas, porque sortearon todos los obstáculos que les ha puesto el Estado”.
El presidente del Banco Ciudad se quejó de que “en la Argentina las políticas públicas van a contramano del espíritu emprendedor”, y cuestionó “el aislamiento del país, cuando todos los emprendimientos por definición son globales, una nación aislada del mundo atenta contra los emprendedores”.
Frigerio destacó que “en la Ciudad de Buenos Aires tenemos una política a favor de los emprendedores” y explicó que “una de las carencias fundamentales del sistema emprendedor argentino es el desaprovechamiento de las capacidades tecnológicas, y otro déficit pasa por la educación, que debe ser funcional al desarrollo del emprendedorismo”.
A continuación, en el panel de apertura “¿Cómo construir un ecosistema que promueva actividad emprendedora e innovación en América Latina?”, Silvia Torres Carbonell, directora del Centro de Entrepeneurship IAE Bussiness School, advirtió que  “la población Argentina es la que percibe menores oportunidades para emprender en Latinoamérica”.
Carbonell explicó que “hace falta una mayor competitividad de los países, que depende del grado de innovación de su sistema económico y productivo”. Y advirtió que si “el entorno nacional está en contra de la actividad privada creadora de valor va a impactar negativamente”. Por eso, señaló que es preponderante “el acceso al financiamiento, las políticas de gobierno, la educación, el acceso a la tecnología, las normas sociales y culturales, y la apertura de los mercados”.
En este escenario, el Senior Private Sector Specialist del Banco Interamericano de Desarrollo  Gabriel Casuburi valoró las posibilidades que brinda el BID a los emprendedores, sin embargo remarcó que en la región faltan “políticas públicas que permitan hacer crecer a las nuevas empresas”.
“Hace falta un dinamismo para generar capitales de riesgo que sean apoyadas por políticas públicas—agregó-- sosteniéndose en el sector privado. Con una asociatividad de apoyo de medios públicos unidos a inversores privados”. Casaburi destacó que desde el BID existen políticas de apoyo al sector privado con préstamos en condiciones muy especiales con tasas bajas y además con un área dedicada a las iniciativas emprendedoras que es el FOMIN. “Es cierto que llegamos un poco más tarde a apoyar a este sector desde el BID pero la experiencia ha sido muy creativa y productiva en el camino de fomentar el modelo emprendedor”, reconoció.
También, agregó para apoyar esta idea: “El BID en forma corporativa se propuso apoyar las ideas de emprendimiento, estamos asociados a esta idea de innovación”.
El funcionario del BID remarcó que a los Estados de la región, en su mayoría “les cuesta apoyar a empresas nuevas con acceso al crédito, especialmente a aquellas relacionadas con el conocimiento”
“Las  empresas nacientes, ante las fallas del Estado, hacen que los emprendedores tengan que asumir una carrera de obstáculos”, indicó.
Para finalizar el panel apertura  el chairman de Innovation Forum de Chile, Raúl Rivera, sostuvo que el siglo XXI hay una mirada revolucionaria sobre el emprendedor en la región y destacó que existen “grandes oportunidades” para llevarla adelante.
“En este siglo existe una nueva revolución en el continente y es la del emprendedorismo, donde quiere participar mucha gente, y es más potente, inclusiva y entretenida a las que vivimos en décadas anteriores”, afirmó Rivera.
“Sin dudas Argentina tiene una cultura más emprendedora que Chile, que sin embargo en los últimos 40 años sobre un escenario de libertad de mercado y sin restricciones hizo explotar esa cultura”, señaló.
También sentenció que el desafío es “abrirse, unirse a otros países de la región que levantan las banderas del mundo emprendedor y desarrollar un modelo que apoye, desde los gobiernos, estás iniciativas”, concluyó.

En el segundo panel “¿Cómo se construye el ecosistema emprendedor?”, Carlos Baradello, profesor de la Universidad de San Francisco, y el director de Emprendimientos del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mariano Mayer, coincidieron en que “el Estado debe acompañar el desarrollo del ecosistema emprendedor”, ya que hay una gran oportunidad de crecer y que “Argentina se convierta en un país del primer mundo”.
Baradello explicó que para el buen desarrollo del ecosistema emprendedor “se requiere una sociedad donde haya suficiente riqueza que permita a los emprendedores sobrevivir y tomar los riesgos por los años necesarios”.
El especialista advirtió que para lograr esto el Estado debe tener muy clara la diferencia entre “subsidio e incentivos”, ya que “emprender es difícil y facilitarlo con docenas de subisidios puede ser nocivo y contraproducente, además de generar un resentimiento hacia los emprendedores por parte de la sociedad”.
El ingeniero trajo el caso de Sillicon Valey como ideal de ecosistema emprendedor ya que “tiene reglas de juego favorables y pro-negocios, donde los emprendedores tienen un alto status en la sociedad, creando oportunidades, y el capital de riesgo está disponible”.
Además, para que el ciclo sea virtuoso, “el ambiente debe facilitar la innovación, con interacción de todos los actores, y los fracasos deben ser valorados como conocimiento, para poder avanzar cuando un proyecto fracase”.
A su turno, el director de Emprendimientos del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mariano Mayer, resaltó la oportunidad que hay en la actualidad de “volver a ser un país del primer mundo, poniendo el foco en el desarrollo”.
Y sostuvo que tenemos enormes desafíos, entre ellos, “casi el 30% de la población se encuentra en la pobreza, el trabajo público es del 70%, casi un 50% de las personas no está comprometida con su trabajo y un 30% está prácticamente en contra”.“Frente a este panorama lo que tenemos que hacer es poner foco en los emprendedores, y para esto el ecosistema debe estar lo más robusto posible”, resolvió Mayer.
“El Gobierno de la Ciudad está poniendo el ojo en la capacitación y generación de capacidades, ya que la generación Ni-Ni, que es el problema número uno, se encuentra transitando su tercer generación”, advirtió Mayer y afirmó: “Hay que volver a hacer atractivo el camino difícil”.
En el tercer Panel del seminario, Hernan Cheyre, presidente del Consejo del Instituto de emprendimiento de Universidad del Desarrollo (Chile) sostuvo que esa nación  generó las condiciones para convertirse en un “país de emprendedores”
“En Chile, desde las leyes específicas y desde el concepto de defender marcos regulatorios y apoyo a las ideas, se moldeó un país donde los emprendedores son un eje fundamental del crecimiento”, dijo Cheyre . “Es necesario transformar el apoyo al emprendimiento en una política de estado aislándola del ciclo político, modernizar el ordenamiento institucional y dar mayor integración regional”, afirmó.
El experto chileno dijo que “emprender encarna valores fundamentales”, y añadió que “ser emprendedor es una actitud en la vida , porque donde ve un problema, genera una oportunidad”.“Los innovadores toman más riegos y se animan a nuevos desafíos y también son más  dinámicos en la generación de nuevos empleos.”, planteó.
Para poder darle visibilidad a estas iniciativas se requiere “respeto al derecho a la propiedad y remoción de obstáculos para lograr que el emprendimiento opere en forma fluida”
También hace falta que el Estado sea facilitador y Cheyre recordó que durante el gobierno anterior en Chile se abrieron programas de “llamar a innovadores de cualquier parte del mundo” y proponer ayuda tributaria para aquellos que se plantee desafíos con la innovación
Por su parte, el Banco Ciudad tiene desde hace una año y medio un proyecto de apoyo a emprendedores tras detectar un fuerte crecimiento de este sector y que necesitaba una visibilidad bancaria.
El gerente de marketing del Banco Ciudad, Maximiliano Coll, reconoció que en esta tarea de apostar a los innovadores se aprende “día a día”.
“Si bien está claro que en la primera etapa del inicio de una empresa innovadora el banco no puede dar crédito, porque existen otros jugadores más accesibles, si contamos con un paquete muy útil para emprendedores”, señaló el funcionario. En ese paquete figuran la posibilidad de acceder a una cuenta corriente, una tarjeta corporativa –la única con prepago en la Argentina—y el acceso a una capacitación en sectores más administrativos.
Coll destacó el crecimiento exponencial del Banco en estos 10 años y que se apostó a apoyar a emprendedores donde  se ve “un sector de mucho desarrollo en los últimos años”.
“Inténtamos ver el mundo de la innovación como un desafío y no una amenaza y vemos un modelo de negocio productivo al incorporarlos como agentes facilitadores de las transacciones y ser un jugador más para participar en la desintermediación financiera”, graficó Coll
Gustavo Grobocopatel, CEO del Grupo Los Grobo, advirtió que “la producción promedio de Latinoamérica equivale al 30% de la productividad promedio norteamericana”, y aseguró que “si no hay productividad, no hay progreso”, en el Seminario organizado por el Banco Ciudad y la Escuela de Negocios del IAE.
Grobocopatel, además sostuvo su preocupación por “las irrupciones tecnológicas”, ya que “muchos por miedo se protegen de esta tecnología y terminan no accediendo”.
El empresario explicó que se va a transitar un “contexto doloroso, de grandes innovaciones y transformaciones en el sector productivo, con una gran cantidad de gente que tiene miedo”, por lo que “los emprendedores van a tener que estar involucrados en la construcción del Estado y en el debate público”. El CEO explicó que “la organización del campo hoy funciona como una red y el valor agregado está en el proceso, no en el producto, está en la eficiencia, la forma en la que producimos”, durante el panel de cierre en el que se presentó el caso de éxito del “Grupo Los Grobo”.“Para este desafío y nueva forma de funcionar del ecosistema nosotros armamos un nuevo modelo de negocios, con múltiples proveedores que ayudan al productor a ser competitivo y sustentable”.
Según el productor agropecuario se requieren valores compartidos para que esta red funcione, entre ellos, “inteligencia para darse cuenta lo que pasa, tener actitud de aprender y estar alerta”, también, “generosidad para compartir información, ideas, un colectivo donde el compartir sin límite es algo natural”.