Sergio Massa se ríe a carcajadas de la declaración de esta mañana de Aníbal Fernández. “¿Tendrán las mismas fuentes que en el 2013 les dijeron que no iba a jugar a diputado…?”. El plenario de mañana en San Miguel, que El Cronista anticipó en la edición de hoy, parece haber trazado una raya y todos advierten sobre una definición inminente del candidato del Frente Renovador. En el Edificio de las Naciones de Tigre hay por estas horas una agitación como no se veía hacía mucho. ¿Estertores?
El jauretcheano jefe de Gabinete, un taura, para emplear un término que él usaría, anticipó esta mañana que Massa abandonará la carrera presidencial y bajará a competir por la candidatura bonaerense. Aníbal F., candidato en el distrito, mencionó un acuerdo de Massa con el macrismo, del que se habla incansablemente desde el martes y que hizo esperanzar a los mercados, con subas hasta en Nueva York. Rousseau decía que los pueblos anhelan el bien, pero no saben dónde está: se puede aplicar a los mercados.
Ese día, el martes, circuló la versión sobre una reunión de Malena Massa con el empresario Nicolás Caputo, que es lo mismo que decir que se tomó un café con Mauricio Macri. “Todo falso”, dijo Marcos Peña, secretario de Gobierno de la Ciudad, un pieza clave en la estructura macrista. Lo que en realidad hizo que Aníbal jugara su ficha a la renuncia de Massa fueron las reuniones del candidato con el intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino y de Mario Meoni, intendente de Junín, con el ministro porteño Esteban Bullrich. El amigo que -según Aníbal- le contó al jefe de Gabinete el desenlace de la historia habría tenido acceso al contenido de la primera reunión. Pero Macri, unas horas después, hace minutos, desalentó cualquier acuerdo.
Las últimas dos semanas fueron difíciles en Tigre. Berlín, mayo de 1945, bromeó un dirigente.
La fuga de intendentes golpeó puertas adentro del Frente Renovador. Nada podría empeorar lo de Giustozzi, se creía. La foto de José Eseverri, intendente de Olavarría, en los diarios del lunes con Wado de Pedro -la debilidad de la Presidenta- y la amenaza de un salto de Gabriel Katopodis (San Martín) si se anudara un acuerdo con el macrismo confirman la máxima de que siempre se puede estar peor.
¿Cómo trabajar en un proyecto presidencial en medio de un clima de descomposición? Un ex funcionario se encogió de hombros como respuesta: contó que por el momento les pidieron que se manejen con la letra que hizo pública Malena Massa. La mujer del candidato llegó más lejos que nadie: "Sergio es candidato a presidente, pero nosotros no buscamos cargos, hacemos política para cambiarle la vida a la gente y eso no depende tanto de un cargo. A nosotros nos mueven otras cosas", dijo en una entrevista con radio Vorterix.
Los que miran de cerca sostienen que Massa no definirá sino hasta última hora. Ponen como antecedente su candidatura a diputado –a la que Massa hizo mención en el comienzo de esta nota-, sobre la que no hubo certeza hasta la hora del cierre de listas.
No está en la cabeza de nadie que esta situación pueda dilatarse hasta el sábado 20 de junio, plazo de presentación de candidaturas, pero sí acaso hasta el miércoles próximo, cuando vence la presentación de alianzas.
Ese día Massa tiene comprometido el primero de los debates en TV con el gobernador José Manuel de la Sota por la candidatura del espacio UNA. Nadie apuesta nada por esa interna: a los emisarios del cordobés les costó encontrar interlocutor para acordar las condiciones del debate.
El plenario de mañana en Villa Ballester tuvo una convocatoria inusualmente masiva. Será a puertas cerradas y la expectativa es grande entre los dirigentes, legisladores y técnicos del Frente Renovador. Los siguientes pasos de Massa indican, según él mismo dijo hace un momento: “Sábado y domingo me voy a dedicar a pensar. Lunes, reunión de equipo, y martes, conferencia de prensa”.
Aunque no es una cuestión menor, la permanencia del kirchnerismo no podría explicarse sólo por la centralidad de la figura de la Presidenta. La expectativa sobre una mejora en la economía en el corto plazo y, aunque leve, una baja, de la inflación es algo que mencionan ya hasta los economistas de la oposición. Plata en el bolsillo, la fórmula para conservar el poder: cierre de paritarias, aumento de la AUH y asignaciones familiares, en septiembre la movilidad jubilatoria.
Axel Kicillof ha conseguido el milagro de hacer competitivos a los candidatos del oficialismo con una inflación de más de 20 puntos y una economía estancada.
El desafío de Massa y Macri es enorme, porque deben enfrentar un enemigo imaginario: la sensación de que todo marcha bien. Es curioso, cuando las herramientas para refutar ese sofisma están tan a mano: según un trabajo del ex viceministro Daniel Arroyo, hay más pobres que en 2001: un 27% de la población; creció la desigualdad: la relación entre el 10% más rico y el 10% más pobre es de 26 a 1; un 34% de la población tiene un trabajo informal y su único acceso al crédito es contra la presentación del DNI, a tasas de 200% por ciento anual: usura. Los números de la macroeconomía merecerían una nota aparte.
Para la oposición, ya no hay lugar para el vuelo bajo.