“Nuestro” gobierno mantiene intencionalmente bajo el tipo de cambio o lo que es lo mismo, es muy barato el valor del dólar en términos de pesos en el mercado oficial. Esta “ política” ha sido ensayada en distintas oportunidades desde el gobierno que emergió del golpe de estado fascista del 4 de Junio de 1943 que destruyó las bases institucionales de la República Argentina, pasando por la mayor parte de los regímenes posteriores, fueran civiles o militares y siempre ocasionó notorios fracasos. Es un invento que no tiene nada ver con la ciencia económica con el cual, quienes tenían políticas económicas y fiscales disparatadas amén de violaciones de la Constitución Nacional imperdonables, pretendieron esconder como ocurre actualmente, los resultados de sus equivocaciones en la materia.
Durante un tiempo mas o menos prolongado la sobrevaluación cambiaria según las reservas que se tengan, brinda una sensación de bienestar, que termina fatalmente en un desastre. No podían faltar en el inventario del desatino de la sobrevaluación cambiaria la Administración actual ni anteriormente la de su cónyuge, que la inauguró. Todas las sobrevaluaciones cambiarias como, entre otras, la iniciada en 1991 denominándola “convertibilidad”, terminaron en un estallido como el que tuvimos en 2001 y que el mercado resolvió como sabemos: El precio del dólar llegó a mas de $ 3,50 por dólar pero el nuevo precio, aunque sobre elevado como siempre ocurre en estos casos, era mas equilibrado que el uno a uno. Los tenedores de bonos argentinos y los depositantes en los bancos fueron despojados por el Gobierno de esa época, invocándose para realizar estas exacciones la “emergencia” económica, pese a que no había tal “emergencia”: Lo que había era una política económica fuera de la realidad que estableció durante más de 10 años que cada dólar valía un peso.
Esta claro que nuestras dirigencias no aprenden y que 72 años mas tarde del golpe de estado mencionado que derribó al gobierno elegido en 1938 y su cuidadosa política cambiaria, fiscal y monetaria, quienes actualmente nos conducen actúan como si experiencias desoladoras en materia de sobrevaluación del peso, no hubieran ocurrido.
UNA POLITICA DESASTROSA
La actual Administración aplicó las recetas que se utilizaron en la Argentina a partir de la revolución de 1943, de dilapidación de los ahorros y del crédito de la Nación para utilizarlos en la formación de un partido propio. Desde que se hicieron cargo, nombraron muchedumbres de empleados públicos o realizaron ascensos, realmente a mansalva, sin exigirles a unos ni a otros la demostración de su capacidad como proclama la Constitución Nacional que requiere la idoneidad de quienes integren sus cuadros administrativos. El Estado aumentó notablemente su plantel de empleados, que creció mucho mas que el empleo de origen privado.
En estos 13 años se agregó muy poco a la infraestructura de obra pública. Son notorias las carencias de inversiones en energía en todas sus manifestaciones, en especial en materia de fuentes de energía renovables, en carreteras, en puertos, en ferrocarriles, en vivienda, en gasoductos, etc. La política energética que se ha llevado a cabo ha sido tan mala, que amen de haber perdido el autoabastecimiento energético de gas, petróleo y electricidad, las importaciones de estos bienes tan imprescindibles generan una parte sustancial del déficit fiscal y de la balanza comercial.
Desde hacen varios años importamos gas licuado a un precio prohibitivo. Este gas licuado cuando se importa, es solamente para carencias circunstanciales, no para vicios estructurales como ocurre en nuestra Patria. Capítulo aparte merece un desorden administrativo colosal que no permite saber cuanto se gasta en obras públicas, las que, cuando se hacen, su costo es prohibitivo por la demora en terminarlas, como Atucha II, Yacyretá o los ferrocarriles que se adquirieron en España y Portugal, que eran realmente chatarra y nunca corrieron.
El gasto público ha crecido notablemente pero su aporte a la riqueza de la Nación, ha sido muy bajo de manera que el déficit fiscal ocasionado, es solventado con emisión monetaria y endeudamiento del Estado que no tiene su correlativa equivalencia en aumento de la producción. El Estado se endeuda para nada. Además no paga las sentencias judiciales que le son adversas, de manera que le demuestra a la población que el Poder Judicial en este aspecto, está de balde. En el orden internacional en muchos casos tampoco las paga, con lo cual el crédito del país o sea su buen nombre que es esencial para promover el desarrollo económico y la inversión nacional y extranjera, han sido severamente comprometidas.
El déficit fiscal impresionante que surge de las cifras es inferior a la realidad, entre otros motivos, porque no se computan las deudas del Gobierno. Como no se pagan, no aparecen en las estadísticas oficiales donde deberían estar, pero existen. Además de la falsificación de las estadísticas para reducir ilegalmente la deuda, “nuestro” gobierno recurre a toda clase de chicanas judiciales, especulando con el cansancio de sus víctimas o esperando que se mueran y nadie siga las causas. El Ministerio de Economía, por su parte, defrauda a los acreedores del Estado que tienen sentencia firme a su favor, multiplicando la cantidad a pagar por un coeficiente inventado inferior a la unidad, y les paga solamente el resultado de la multiplicación aludida. Con esto ha conseguido engañar a decenas de miles de particulares y empresas repartidos en toda la Nación. Esta “política”. en español, se llama estafa.
OTRA IDEA “GENIAL” PARA TENER A RAYA EL MERCADO DEL “BLUE”: VENDER DOLARES DE LAS RESERVAS CON UN ADECUADO CAMUFLAGE PARA QUE NO PAREZCA QUE SE HACE LO QUE SE HACE
El Banco Central ha creado una “ventanilla” en su burocrático sistema de control de cambios, con la creación de un permiso para comprar dólares a quienes lo hagan para “atesorar” si llenan los requisitos para demostrar que están en condiciones económicas para realizar la operación. En ese caso reciben dólares a precio preferencial (algo cercano a 10,50 a pesos por dólar) Dada la notoria diferencia que media entre el resultado de esta operatoria y el mercado “blue”,esos dólares en un 90% son vendidos en este mercado casi de inmediato. El Banco Central sabe que esto es así pero persevera con este sistema porque le permite vender indirectamente dólares en el mercado del”blue” para que no suba y se demuestre la notoria brecha que media entre éste y el oficial. Para 2015 se calcula que esta actuación costará unos 3000 millones de dólares que se restarán a las operaciones cambiarias genuinas, como ser terminar con el cepo cambiario.
EL CÍRCULO VICIOSO DEL EMPOBRECIMIENTO NACIONAL
Decíamos que bajo la administración presente el gasto público requiere para financiarse de emisión monetaria espuria. Esa emisión aumenta la oferta de moneda la que indefectiblemente genera aumento de precios y a veces, además, la velocidad de circulación de aquella, fenómeno este último que tiene el mismo efecto de acrecentamiento de los precios, que la emisión lisa y llana. Como “nuestro” gobierno no quiere que los precios se eleven recurre a un procedimiento que quienes han recurrido a él consideran ingenioso y que esta pluma considera, en cambio, que es, lisa y llanamente, “pan para hoy y hambre para siempre”: Venden títulos en el mercado, principalmente a los bancos para lo cual les dan el atractivo de buenos intereses. Esos títulos denominados Lebac y Nobac son adquiridos por los bancos con un plazo de vencimiento reducido. Los bancos, en lugar de prestar dinero al público pese a que éste lo necesita, se lo entregan al Gobierno en pago de los títulos que adquieren. De esa manera, el Gobierno mediante el pago de importantes intereses, disminuye la cantidad de dinero en plaza porque los bancos hacen, correlativamente, menos préstamos. Indirectamente esa menor cantidad de dinero, restringe la elevación de los precios. Esta idea “genial” tiene un “pequeño” inconveniente: Que esos bonos devengan intereses que hay que pagar, de manera que aumenta el gasto público. Cuando el plazo de vencimiento de los bonos llega, el Banco Central no tiene mas remedio que emitir nuevos bonos por la cantidad adeudada mas sus intereses. Estos generalmente no se pagan. La nueva generación de bonos cumple el ciclo ya conocido y a su vencimiento, no hay mas remedio que sustituir los bonos que vencen, con otros bonos nuevos… más sus intereses. El resultado es que con cada generación de bonos, hay mas papeles en plaza, que también son moneda en sentido amplio, aumenta la inflación y cada vez el Banco Central se endeuda un poco mas. La carencia de dinero para dar préstamos a la producción, entorpece a ésta, hay menos bienes para la población…lo que hace subir los precios y por ende, reduce los ingresos reales de los habitantes. Aumenta la desocupación y la pobreza. Este es un mecanismo diabólico que acrecienta los males que origina por el mero transcurso del tiempo. No es una solución para la inflación porque la agrava.
¿QUIÉN VA A DEVALUAR?
El mercado puede decidirlo sin pedir permiso a nadie.
La insostenible situación actual en que los productores de bienes que se pueden exportar, no lo hacen porque el bajo precio del dólar en el mercado interno, no les retribuye sus desvelos, nos lleva a que se reduzcan las exportaciones y no ingresen divisas extranjeras. Esa escasez de dólares llevó a “nuestro” gobierno a inventar otra pésima solución como es el ”cepo cambiario”que impide a los productores importar lo que necesitan para su desenvolvimiento. O sea que el “cepo cambiario” se ha constituido en un obstáculo para producir bienes que se podrían exportan o vender en el mercado interno. Ese obstáculo ha originado una crisis en vastos sectores como las economías regionales, frigoríficos, comercios, transportes, servicios, etc., etc., que están reduciendo sus planteles de trabajadores y actividades en general o directamente cerrando sus puertas. La sobrevaluación cambiaria tiene una consecuencia que llega mas tarde o mas temprano, como hemos dicho mas arriba: Termina en una crisis generalizada. Hoy sabemos que el nuevo gobierno que surja de las elecciones de Octubre venidero inevitablemente va a devaluar la moneda porque no tiene mas remedio que hacerlo por razones económicas y políticas. Los mercados saben eso. No menos saben, quiénes estudian los temas económicos, que los mercados se anticipan a los hechos, cuando están seguros que esos hechos van a ocurrir inexorablemente. En conclusión, es posible que nos encontremos antes de la hora señalada del 10 de Diciembre de 2015, con una devaluación decidida por el mercado, anticipándose a la que realizarían los candidatos que asuman el nuevo gobierno. La sobrevaluación cambiaria guarda siempre en su seno la posibilidad de corregirla y terminar con los perjuicios que ocasiona.
Juan José Guaresti (nieto)