El director de una sociedad de bolsa, que también tiene casa de cambio, se alarmó el martes pasado cuando llegó a su departamento de Puerto Madero, a las ocho de la noche, y encontró la puerta de su casa violentada. Adentro, en el living, lo estaban esperando agentes de la AFIP, en el marco de uno de los 71 allanamientos que hicieron ese día. Como la persona vive sola, y cuando los inspectores llegaron no había nadie en su casa, la policía derrumbó la puerta y lo esperaron sentados en los sillones. "Tengo entendido que hay varios que van a recibir el mismo tratamiento", adelantó una fuente involucrada con estos casos.
Hubo un segundo allanamiento a otro directivo de esa misma entidad, que vive en el country Abril, en la zona sur, a quien le habrían anulado la CUIT a una de sus empresas. Hoy podrían recibir el permiso para volver a operar. En la AFIP no respondieron las consultas de este diario sobre los operativos.
La denuncia se inició por acciones de control y cruces de los sistemas, que detectaron cuatro empresas que operaron con títulos por $ 120 millones, a través de sociedades de bolsa, y mostraban inconsistencias fiscales. En la causa, que está instruyendo el juez federal Rodolfo Canicoba Corral, la AFIP detectó que bancos, sociedades de bolsa y entidades financieras colaboraron con el entramado financiero: "Una de las sociedades de bolsa con las que operaban estas empresas celebró operaciones de compra venta de títulos con otra sociedad de bolsa vinculada a nivel societario con bancos y entidades financieras".
En el Banco Central descansan 80.000 expedientes que datan de años previos prontos a salir a la luz. Habrá más inspecciones a agentes bursátiles y bancos, que podrían derivar en nuevas suspensiones y multas millonarias.
El martes pasado, en el marco de los 71 mega allanamientos de la AFIP, uno de ellos fue para Norberto Ponte, que alquila desde hace 14 años el maxikiosko con sandwichería Serapio, en Sarmiento, entre 25 de Mayo y Reconquista. "Puro circo y mucho show", dicen en las mesas de dinero. En el caso de la sandwichería, fue por un edicto judicial donde decía que en ese domicilio estaba Transcambio. "Me cerraron tres horas el local y me trataron como si fuese un delincuente. Me dijeron que venían a allanar el local, que baje la cortina y que saque a la gente afuera, así que perdí el día de ventas y tuve que tirar mucha mercadería, después de haber estado cuatro días sin luz. Por la prepotencia con que actuó el policía, dos clientes pensaron que se trataba de un robo, y fueron corriendo hacia la comisaría", dice Ponte.
"Luego, el policía que comandaba el operativo me pregunta, de muy mal modo, dónde estaban las computadoras y los archivos, así que le enseñé el freezer, que es el único archivo que tengo. Después quiso ver la mesa de operaciones, así que lo llevé a la cocina donde se preparan los sandwiches de jamón y queso. Si esto fuese una pantalla, pondría a los sandwiches caros y no tendría el local lleno. Me hicieron quedar muy mal con la clientela. Tengo tanta armargura que me dan ganas de cerrar todo", se resigna Ponte.
El dueño de una entidad allanada lo relató así: "Nos allanaron unos 40 inspectores de la AFIP y dieron vuelta todo, en busca de operaciones de una veintena de empresas a las que jamás escuchamos nombrar. Estuvieron revisando todos los cajones y papeles en las áreas de Sistemas, Contaduría, la mesa de dinero y en las oficinas de los gerentes. Buscaban algún tipo de documentación que nombrara a esas empresas, pero acá ni las conocemos".