ESCASEZ DE DÓLARES El motor de la economía se queda sin nafta

Dramática escasez de reservas internacionales padece el Banco Central de la República Argentina. Resulta evidente que no sólo condiciona toda la actividad económica presente sino también el futuro de las variables más importantes. Revisar los acontecimientos recientes ayuda a alcanzar algún diagnóstico respecto de dónde se encuentra la Administración Cristina y qué es posible esperar. En este caso, las luces de alerta y de emergencia se ven por todos lados. La evaluación del estudio Massot & Monteverde obliga a especular sobre la imposibilidad de sostener mucho más las relaciones cambiarias al 03/09/2014.


Los vencimientos de aquí hasta fin del año próximo superan los US$ 22.000 millones, lo que implica que —de no mediar ingresos de divisas no previstos o que la Argentina suspenda los pagos de la deuda— se agotarían las reservas propias efectivas en el curso del año próximo. Sin ingresos imprevistos, las reservas podrían caer un mínimo de US$ 4.000 millones de aquí a fin de año; casi US$ 3.000 millones de ese total corresponden a erogaciones del sector privado. Para el año próximo, los vencimientos del sector público consolidado se ubican en US$ 14.000 millones; pero, desde el punto de vista de la caja de dólares, también habría que computar casi US$ 4.500 millones de vencimientos del sector privado.


 Sin combustible para llegar a la posta:
Alza de tasas y presión a las entidades mediante, la aspiradora de pesos del Banco Central volvió a funcionar la semana pasada y retiró $ 2.800 millones de la plaza.
El retorno de cierta cautela monetaria a sólo 3 semanas de un muy imprudente recorte de tasas impuesto por Economía no ha alcanzado, de todas formas, para frenar el ascenso del dólar paralelo ni para detener la erosión de las reservas.
La semana previa, el Central se había visto obligado a tolerar una expansión de base por esa vía de $ 2.100 millones.
• Pero la fuerte expansión para financiar al Tesoro y la posterior esterilización vía letras termina generando un problema serio a la hora de la renovación: los vencimientos de letras son cada vez más grandes, lo que dificulta el trabajo de esterilización de la entidad monetaria.
Consciente de la grave fragilidad de las cuentas fiscales y externas, el presidente del BCRA busca reunir con urgencia una masa de fondos que permita llegar al verano sin sufrir un serio tropiezo.
A instancias de  Juan Carlos Fábrega, banqueros locales y empresarios analizan la suscripción de un “bono patriótico” para contribuir a financiar el déficit.
El BCRA intenta también efectivizar el swap de monedas con China, firmado en julio.
Fábrega quiere evitar que en las próximas semanas quede a la vista una caída de reservas que podría ser muy significativa.
El acuerdo por el swap y varios créditos fue por el equivalente a US$ 11.000 millones pero el gobierno se contentaría con obtener la 3ra. parte.
El gobierno ha insistido en que el acuerdo de swap no incluye una cláusula de cross default, pero eso no significa que la Argentina sea hoy elegible para la efectivización de tal operación.
El fondo Elliott presentó la semana pasada un escrito ante los tribunales de Nueva York para que se active la cláusula de Discovery sobre los acuerdos firmados por Bank of China con la Argentina.
Kicillof y De Vido viajaron a China —prefirieron hacerlo por separado— para intentar destrabar, además del swap, otros créditos acordados en la visita de Xi Jinping.
También peligran los créditos chinos para la construcción de las 2 represas en Santa Cruz y el Belgrano Cargas.
En la mira del fondo también están el acuerdo con Chevron y las 253 sociedades de Cristóbal López y las que figuran a nombre de Báez.
La Justicia de San Francisco está por tomar decisión sobre si aplica o no el Ddiscovery sobre la petrolera.
• Chevron anunció que postergará el ingreso del 2do. tramo de US$ 400 millones que correspondía ingresar este año en Vaca Muerta.
• Luego de haber caído US$ 400 millones en agosto, las reservas del Banco Central continuarán bajo presión en septiembre.
• Los vencimientos de deuda que se registran a fin de este mes y en los primeros días de octubre superan los US$ 500 millones.
• El 30 de septiembre se pagarán intereses semestrales correspondientes al bono Par por US$ 200 millones; de todas formas, cumplir con este compromiso será prácticamente imposible.
• El 3 de octubre próximo vence un cupón semestral de BODEN 15 por US$ 215 millones.
• El vencimiento del 5 de octubre por US$ 60 millones corresponde al bono de la provincia de Buenos Aires 2015, por un total de US$ 1.050 millones.
• El 6 vencerá el pago de intereses del bono de Ciudad de Buenos Aires por US$ 27 millones.
Otro canal de sangría es el abastecimiento de divisas a particulares.
Las compras de dólares por parte del público destinadas a atesoramiento sumaron US$ 260 millones y marcaron un récord.

Eso significó un aumento de 26% frente a julio, mes en que habían marcado otro récord.
Casi 390.000 contribuyentes aprovecharon el régimen para comprar dólares a valor oficial.
Desde que se implementó este régimen, a fines de enero, ya se fueron US$ 1.311 millones por ese canal.
Muchos compradores venden esos dólares en el mercado paralelo.
Para frenar la sangría de reservas, el gobierno sondeó la posibilidad de una ayuda financiera por parte de Brasil.
Kicillof se reunió con su par brasileño, G. Mantega, para discutir los diferentes problemas que vienen aquejando el comercio bilateral y tantear la posibilidad de un préstamo del Banco de Desarrollo (BNDES).
Luego del encuentro, el ministro de Economía de Brasil negó que se prevea dar ayuda financiera a la Argentina y afirmó que la reunión tuvo por único objeto discutir las condiciones de comercio entre los 2 países.
El ministro atribuyó parte del comportamiento recesivo de la economía brasileña a la caída de las exportaciones de autos hacia la Argentina.
Brasil se ve afectada por un clima recesivo y sus necesidades de financiamiento, alcanzaron un récord histórico en el 2do. trimestre.
El aumento de la necesidad de financiamiento se debe principalmente al saldo externo negativo.
Paralelamente, las remesas de dividendos aumentaron y también los intereses pagados.
Los vencimientos de aquí hasta fin del año próximo superan los US$ 22.000 millones, lo que implica que —de no mediar ingresos de divisas no previstos o que la Argentina suspenda los pagos de la deuda— se agotarían las reservas propias efectivas en el curso del año próximo.
• Sin ingresos imprevistos, las reservas podrían caer un mínimo de US$ 4.000 millones de aquí a fin de año; casi US$ 3.000 millones de ese total corresponden a erogaciones del sector privado.
• Para el año próximo, los vencimientos del sector público consolidado se ubican en US$ 14.000 millones; pero, desde el punto de vista de la caja de dólares, también habría que computar casi US$ 4.500 millones de vencimientos del sector privado.
Claro que parte de estos pagos podrían no efectivizarse a raíz del bloqueo impuesto por la justicia neoyorkina.
Los principales vencimientos del año próximo están dados por los US$ 6.200 millones correspondientes al BODEN 2015, otros US$ 1.000 millones por el bono de la Provincia de Buenos Aires y US$ 450 millones por el de la Ciudad de Buenos Aires.
En aquella proyección no está computado ningún deterioro de la balanza comercial: debe tenerse en cuenta que, a los precios actuales, la soja generaría casi US$ 7.000 millones menos que este año.
Durante los últimos días se ha vuelto a especular con el lanzamiento de una remake del recordado Plan Primavera.
El Plan Primavera fue el último intento del gobierno de Alfonsín para estabilizar la economía, después del naufragio del Plan Austral, nacido en 1985.
Su propósito primordial era llegar a las elecciones con la economía bajo un mínimo control mediante dos mecanismos: acuerdos de precios y un nuevo régimen cambiario con un dólar desdoblado.
El objetivo en este caso es bastante menos ambicioso que en aquella oportunidad, pues la pretensión es llegar al verano sin una crisis mayor del balance de pagos.
Por cierto, hay algunas diferencias tanto a favor como en contra de la situación actual.
La inflación anual está hoy por encima de 40% pero entre enero y julio de 1988 había llegado nada menos que a 178%.

Por otro lado, el ratio actual entre el nivel de reservas y las importaciones es menor a 5, lo que lo consagra como el más bajo desde el Rodrigazo.
Es muy inferior al de la crisis de 2002, cuando las reservas representaban casi 14 meses de importaciones ya la hiper de 1989, cuando equivalían a 9 meses.
Hay, de todas maneras, varias similitudes.
En aquel entonces también había falta de dólares y la suba de precios marcaba la agenda de los diarios.
El país había estado en default, había caído nuevamente en moratoria y tenía cerrado el acceso a los mercados internacionales para tomar deuda.
Hoy como en aquella época, el déficit de las cuentas públicas, al no poder cubrirse con crédito externo, termina financiándose con emisión monetaria.
Como Alfonsín en ese año, Cristina viene de perder las últimas elecciones y no tiene posibilidad de continuar.
El plan del ministro Sourrouille consistió en un desdoblamiento del mercado cambiario.
Si bien aquellas medidas tuvieron algún éxito inicial, éste fue efímero pues el déficit cuasi fiscal seguía creciendo y con ello la emisión monetaria necesaria para financiarlo.
El Plan Primavera terminó con una corrida cambiaria y el Banco Central se vio forzado a devaluar 40% el peso, no obstante lo cual la brecha cambiaria se ubicó en 70%.