Amenaza de default, escenario de riesgo y una tasa de deuda que se mantiene en torno al 11%. La realidad financiera Argentina es cada vez más distante que la de sus pares regionales. El fiel reflejo de este panorama lo constituye el regreso que hizo Ecuador a los mercados internacionales de deuda hace apenas dos días, con la colocación de un bono a 10 años por u$s 2.000 millones de dólares con un cupón de 7,95%.
El país petrolero se había mantenido alejado del mercado desde el 2008, cuando declaró una moratoria sobre unos u$s 3.200 millones en deuda argumentando que era ilegítima e ilegal, pero luego recompró esos bonos a precio de mercado para aprovechar emitir deuda en los mercados justo cuando la ventana de oportunidad para hacerlo es cada vez menor.
Según el servicio de información financiera de Thomson Reuters, los activos fueron colocados a la par y por debajo del piso de un precio de 8%. Asimismo, la demanda por la emisión que fue liderada por Credit Suisse y Citi alcanzó los u$s 4.500 millones antes de que se lanzara el bono.
Ecuador prevé para este año un déficit presupuestario de unos u$s 4.900 millones y requiere de unos u$s 2.000 millones adicionales para financiar la construcción de varios proyectos hidroeléctricos.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ya dijo que el socio más pequeño de la OPEP enfrentará este año y el próximo dificultades fiscales por las inversiones previstas en proyectos clave de desarrollo. Recientemente, el país obtuvo un crédito de Goldman Sachs por u$s 400 millones con una garantía de sus reservas de oro.
En rigor, la suerte de Argentina tampoco es la que detenta Uruguay. Mientras que el fallo negativo de la Corte Suprema norteamericana llevó a que el país sufriera esta semana una baja en la calificación de su deuda en dólares por parte de Standard and Poors a CCC-, hace apenas una semana, el estado vecino aprovechó que Moodys elevó la nota de su deuda a un máximo histórico (5,1%).
Esta noticia permitió que Uruguay lanzara una oferta de bonos globales con vencimiento en 2050 por un monto de u$s 2.000 millones y con una prima de riesgo de apenas 1,65% sobre títulos similares de Estados Unidos.
El nuevo bono emitido es el de mayor plazo de Uruguay, que nunca había colocado deuda a 36 años. Según fuentes que participaron en la operación, el título tiene amortizaciones en los años 2048, 2049 y 2050, paga intereses en junio y diciembre de cada año, con una tasa fija de 5,1%.
En la misma línea, Standard & Poors elevó la semana pasada su calificación crediticia de la deuda de Paraguay a largo plazo (de BB- a BB) con perspectiva estable. Una noticia que llegó en buen momento para este país ya que pretende emitir bonos en los próximos meses por unos u$s 750 millones para financiar principalmente proyectos de infraestructura.
Paraguay logró con éxito su primera emisión en los mercados internacionales a principios del año pasado, con una tasa de retorno de hasta un 5% en sus bonos denominado en dólares. La venta de deuda siguió los pasos de Bolivia, también novata en el mercado global de crédito, que colocó u$s 500 millones en un título a 10 años con un rendimiento de 4,8% en octubre de 2012.
El país petrolero se había mantenido alejado del mercado desde el 2008, cuando declaró una moratoria sobre unos u$s 3.200 millones en deuda argumentando que era ilegítima e ilegal, pero luego recompró esos bonos a precio de mercado para aprovechar emitir deuda en los mercados justo cuando la ventana de oportunidad para hacerlo es cada vez menor.
Según el servicio de información financiera de Thomson Reuters, los activos fueron colocados a la par y por debajo del piso de un precio de 8%. Asimismo, la demanda por la emisión que fue liderada por Credit Suisse y Citi alcanzó los u$s 4.500 millones antes de que se lanzara el bono.
Ecuador prevé para este año un déficit presupuestario de unos u$s 4.900 millones y requiere de unos u$s 2.000 millones adicionales para financiar la construcción de varios proyectos hidroeléctricos.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ya dijo que el socio más pequeño de la OPEP enfrentará este año y el próximo dificultades fiscales por las inversiones previstas en proyectos clave de desarrollo. Recientemente, el país obtuvo un crédito de Goldman Sachs por u$s 400 millones con una garantía de sus reservas de oro.
En rigor, la suerte de Argentina tampoco es la que detenta Uruguay. Mientras que el fallo negativo de la Corte Suprema norteamericana llevó a que el país sufriera esta semana una baja en la calificación de su deuda en dólares por parte de Standard and Poors a CCC-, hace apenas una semana, el estado vecino aprovechó que Moodys elevó la nota de su deuda a un máximo histórico (5,1%).
Esta noticia permitió que Uruguay lanzara una oferta de bonos globales con vencimiento en 2050 por un monto de u$s 2.000 millones y con una prima de riesgo de apenas 1,65% sobre títulos similares de Estados Unidos.
El nuevo bono emitido es el de mayor plazo de Uruguay, que nunca había colocado deuda a 36 años. Según fuentes que participaron en la operación, el título tiene amortizaciones en los años 2048, 2049 y 2050, paga intereses en junio y diciembre de cada año, con una tasa fija de 5,1%.
En la misma línea, Standard & Poors elevó la semana pasada su calificación crediticia de la deuda de Paraguay a largo plazo (de BB- a BB) con perspectiva estable. Una noticia que llegó en buen momento para este país ya que pretende emitir bonos en los próximos meses por unos u$s 750 millones para financiar principalmente proyectos de infraestructura.
Paraguay logró con éxito su primera emisión en los mercados internacionales a principios del año pasado, con una tasa de retorno de hasta un 5% en sus bonos denominado en dólares. La venta de deuda siguió los pasos de Bolivia, también novata en el mercado global de crédito, que colocó u$s 500 millones en un título a 10 años con un rendimiento de 4,8% en octubre de 2012.