Llegó el que todos esperaban: Draghi. Respetó el guión previsto, mantuvo tipos, pero insinuó que puede poner en marcha la máquina de hacer dinero. Los mercados lo celebraron, y cómo. En el ámbito doméstico, llegaron algunas alegrías del paro pero la estadística del déficit demostró que los ajustes han servido para poco. Los españoles se preparan para la Renta y, en el ámbito empresarial el Gobierno nos prepara para perder la españolidad de nuestro aceite. ¡Ya veremos!
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