Impacto de los impuestos al comercio exterior en la economía.

En primer lugar considero necesario describir un par de problemas visibles en las economías de los países periféricos en general y del nuestro en particular. Los mismos son:

1.       Ciclos interminables de parada – arranque.
2.       Enfermedad holandesa



El ciclo de parada – arranque tiene que ver con el cuello de botella que experimenta la economía en oportunidad en la que se produce el crecimiento. El mismo acarrea un incremento de las importaciones (las mismas son una función positiva de la producción) habitualmente no correspondido por un crecimiento proporcional de las exportaciones.  Esto hace que se deteriore la balanza comercial provocando salida de divisas, lo que lleva fatalmente a la necesidad de realizar un ajuste recesivo (fiscal y/ o monetario y /o devaluatorio). El ajuste hace caer la producción lo que provoca reducción de las importaciones. Estamos en el momento de la parada. En la misma se recomponen las divisas restaurándose la confianza. Esto permite pasar hacia el arranque en el que la economía crece y se vuelve a la situación original.

En algunas oportunidades el ciclo se evita apelando al endeudamiento de origen externo. En este caso no hace falta el ajuste recesivo porque las divisas faltantes las provee el sector financiero. En la década del noventa precisamente eso fue  lo que ocurrió. Desde luego el endeudamiento no puede ser utilizado en forma ilimitada. Cuando ello no se tiene en cuenta fatalmente se cae en un default. Esto ocurrió a fines del año 2001.



La enfermedad holandesa se produce cuando uno o más productos con ventajas comparativas determinan la paridad cambiaria de equilibrio en un nivel tal que satisfaga sus rentabilidades. Desde luego la paridad de equilibrio deja afuera a la mayoría de los productos. En nuestro caso las materias primas (cereales, oleaginosas etc.) son las que tienen ventajas comparativas. Si ellas determinan la paridad de equilibrio la mayoría de los bienes industriales, especialmente aquellos con mayor valor agregado, enfrentan los siguientes problemas:

1.       Tienen escasa posibilidad de exportar
2.       Reciben competencia de productos extranjeros

Estos problemas se producen porque la paridad de equilibrio para las materias primas resulta baja para los bienes industriales. Esto favorece la importación y desestimula la exportación de este tipo de productos.



¿Cuál es el remedio para este tipo de problemas?



En el caso del ciclo de parada – arranque el incremento de los aranceles de importación. Esta medida puede ser acompañada por otras de carácter directo, por ejemplo medidas apuntadas a limitar el volumen de importación (declaraciones juradas anticipadas de importación). Colateralmente para ahorrar divisas otro mecanismo habitualmente usado concierne al control cambiario (Ej.: límites a la venta de divisas a particulares).

En el caso de la enfermedad holandesa el mecanismo comúnmente utilizado concierne a los derechos de exportación aplicables sobre las materias primas.  Este procedimiento determina distintas paridades de equilibrio. Una paridad más alta para los bienes industriales (no se les aplican derechos de exportación) y mas baja para las materias primas.  Esto hace que las exportaciones de bienes industriales sean posibles al tiempo que se limitan las importaciones de los mismos. Desde luego los aranceles de importación complementan esta política.

A efectos de ir a parámetros más claros establezco las diferencias entre la década del noventa y la iniciada en el año 2003 que se mantiene hasta la fecha. Particularmente esta última presenta, entre los más significativos,  los siguientes agregados:



1.       Se aplicaron derechos de exportación.
2.       Se establecieron restricciones a la importación (declaración jurada anticipada de necesidades de importación)
3.       Se establecieron medidas restrictivas en el mercado cambiario.



El cuadro siguiente muestra la relación entre los impuestos al comercio exterior (derechos de importación e importación) y el sector externo (exportaciones e importaciones).  En el mismo la suma de derechos se convirtió a la paridad de cierre de año y ese valor en dólares se dividió por la suma de exportaciones e importaciones. El cuadro es el siguiente:




Se han tomado algunos años, tanto de la década del noventa como de la actual, y se sumaron las exportaciones y las importaciones. Del mismo modo se sumaron los derechos y se los convirtió en dólares a la paridad de esos años (paridad de fin de año). Luego la suma de derechos se dividió por la suma del comercio exterior. El cociente citado se expresa en la última columna como porcentaje.

Claramente se observa que la tasa promedio de la década del noventa es la mitad de la  promedio actual.

¿Que nos muestra este análisis?



Nos muestra  el tamaño relativo de los impuestos en el comercio exterior. A mayor tamaño mayor posibilidad de evitar el ciclo de parada arranque y la enfermedad holandesa.

¿Como se correlaciona esta observación con la economía real?



De manera muy sencilla. En la década del noventa el crecimiento venía acompañado con déficit de la balanza comercial.  Esta situación se invertía cuando se producía una caída de la economía. En la economía actual es posible crecer con superávit de la balanza. Enorme diferencia lograda a mi modo de ver por los impuestos al comercio exterior, las restricciones a la importación y el control cambiario. Desde luego el resultado final reside en la diferencia entre los consolidados de la cuenta corriente del balance de pagos. Tanto en la década del noventa como en la actual se creció. La enorme diferencia esta en el resultado de dicho balance. En la década del noventa vemos un enorme déficit. En la actual un superávit significativo.



Juan Latrichano
Analista económico CGE