En busca de los dólares para una transición de ‘deterioro controlado’

Habían pasado apenas cinco días de las elecciones en 2011 cuando el Gobierno dio el primer paso en el montaje de este artefacto cambiario que terminamos llamando cepo. Una estrategia que eludió un ataque frontal de la inflación y que en estos dos años probó su ineficacia a fuerza de múltiples daños colaterales. Ayudó también a que esta nueva vuelta electoral esté plagada de malos augurios en un momento en que el Gobierno parece haber quedado atascado en su propia trampa. 
Llegamos, en efecto, a este “día después” con un mercado que huele nuevas medidas y apuesta en consecuencia. En la víspera de las PASO, apenas se logró alejar al blue de la zona de los $ 9 mientras se sostenían contra todo pronóstico las reservas arriba de los u$s 37.000 millones. Las sutiles tácticas de persuasión de Moreno no consiguieron esta vez que el paralelo bajara de los $ 10. Y las arcas del BCRA están a pocas monedas de quebrar otra barrera, la de los u$s 34.000 millones. 
Mientras tanto, los dos años del cepo encuentran a los argentinos anticipando la compra de paquetes turísticos y afilando reflejos cambiarios que habían caído en desuso. La brecha del 40% del primer aniversario hoy se duplicó a pesar de que el oficial se aceleró y ya vale casi $ 6. 
Pero el grueso de los analistas no ve desmadres. Descartan que el menguante margen de maniobra oficial –confirmado en las urnas– derive en un shock en lo que resta de la gestión kirchnerista. No habría escenario de “tierra arrasada” para el que venga. Más bien, algo así como un ‘deterioro administrado’. Pero los dólares que deberán pavimentar esa transición hacia el 2015 por ahora no alcanzan. Habrá que salir a buscarlos (crédito externo). Y probablemente bloquear aún más la salida de los que aún logran escaparse (turismo).