Los bancos franceses financiarán un fondo para hacer frente a eventuales quiebras en el sector, y que estará dotado con al menos 10.000 millones de euros en el horizonte de 2020, para evitar en la medida de lo posible, una intervención con dinero público, indicó hoy el Ministerio de Finanzas. Se trata de uno de los puntos de la reforma bancaria adoptada por el Parlamento, que también establece el principio de imputación prioritaria de las pérdidas del banco a los accionistas y los acreedores, destacó el Ministerio en un comunicado.