El primer banco alemán, Deutsche Bank, aprobó en 2009 el pago de una gratificación de 80 millones de euros a un empleado de la división de banca de inversión, según informa la revista Stern. La retribución correspondía a un especulador de tipos de interés del año 2008, contra el que cursan investigaciones en relación con la manipulación de tasas de interés de referencia y que abandonó el banco alemán en 2011.