El FMI y el BCE dicen que la eurozona debe mitigar el impacto de los ajustes

El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) coinciden en que el saneamiento de las cuentas públicas de los miembros de la zona euro es inevitable, pero también en que hay que modular el ritmo de los ajustes porque crecer es la condición para poder salir de la crisis.

En un coloquio común organizado por el Tesoro francés en París, la directora del FMI, Christine Lagarde, y el presidente del BCE, Mario Draghi, insistieron igualmente en la necesidad de una mayor integración de la eurozona en el terreno presupuestario y en la gobernanza para restablecer la confianza.

Lagarde estimó que los países que comparten la moneda única deben sanear sus finanzas "de forma resuelta y creíble" en un horizonte "de medio y largo plazo", pero puntualizó que hay que hacerlo "a un ritmo razonable".

A ese respecto, se pronunció en favor de dar "un apoyo a la demanda a corto plazo", ante el riesgo de estancamiento, después de haber recordado que la situación "sigue siendo frágil" y que el fondo prevé para este año una caída de actividad en la eurozona del 0,25 %, y una muy ligera recuperación del 0,2 % en 2013.

Lagarde apostó por que países con excedentes -una alusión en particular a Alemania- deberían contribuir al reequilibrio de la zona euro con aumentos de salarios que al estimular la demanda "tendrían efectos positivos sobre los países deficitarios" del sur de la zona euro.

La directora gerente señaló que una mayor integración europea de la eurozona "facilitaría la prevención de la crisis", y en el terreno presupuestario dijo que debería implicar "una mejor supervisión de las políticas nacionales", "redes de seguridad creíbles para el sector bancario" o "un préstamo común", en particular para financiar esas redes.

Draghi, por su parte, afirmó que resulta "crucial" conseguir que la eurozona vuelva a crecer -algo que según sus previsiones no ocurrirá hasta finales de 2013- "para restablecer la situación financiera".

El presidente del BCE admitió que el proceso de reducción del déficit público es "inevitable" pero también que hay que "mitigar los efectos" y generar un crecimiento de la actividad económica y del empleo a través de reformas estructurales.

A su juicio la "clave" es "la competitividad", lo que pasa por "eliminar rigideces", en particular en el mercado laboral, pero también por corregir la "falta de competencia en algunos sectores" y "en particular en los servicios".

Avisó de que "el statu quo no es una opción" en la gobernanza europea y que "tenemos que acelerar la integración" mediante "una voluntad coordinada" por parte de los gobiernos para una unión fiscal y política, así como el compromiso de cada uno de ellos de "restablecer las condiciones de la competitividad".

El ministro francés de Finanzas, Pierre Moscovici, encargado de clausurar el coloquio, defendió la creación de "una capacidad presupuestaria propia de la zona euro" con una misión "contra-cíclica" (de estímulo en periodos de crisis) y que podría financiarse mediante la emisión de deuda en común.

Esos recursos específicos de la eurozona, que para Moscovici deberían estar al margen del presupuesto de la Unión Europea, servirían para financiar políticas de competitividad y de protección social, por ejemplo con un subsidio de paro de base.

Para el ministro francés, la de la eurozona es "antes que nada una crisis de integración", de "carencia y no de un exceso de Europa".

"Los ataques de los mercados contra las deudas soberanas -argumentó- son políticos antes que especulativos: sancionan el inmovilismo político o al menos la ineficacia de una estrategia creíble y coordinada para salir de la crisis".

"Hemos llegado al límite de nuestro modelo", constató antes de hacer hincapié en que el objetivo de una mayor integración de la eurozona, también para que sea aceptada por las poblaciones, debe ser "la solidaridad" y no "las disciplinas" que a su parecer hasta ahora se han planteado "como un fin en sí y no como un medio".

Para Moscovici la prioridad es "estabilizar la zona euro", lo que necesita "calmar las tensiones, no castigar a los que están en mala situación". EFE