“Política cambiaria Argentina crea monstruo de mil cabezas”

Argentina y Uruguay negocian un "dólar celeste" para salvar la temporada de verano. De alcanzar un acuerdo, para el cual, según los uruguayos, se están llevando a cabo intensas negociaciones, la Argentina alcanzaría su dólar número 11, e invadiría el recuerdo de Cristina Fernández negando un plan de desdoblamiento (cuando apenas se hablaba de 4 tipos de cambio). Entonces, ironizaba: "Pensar que hay gente que cree en estas cosas...". 4 meses más tarde, que revienten los incrédulos. Un análisis de Reuters ayuda a entender aún más esto.


Un análisis de Reuters  de este miércoles (12/09) dice que “los cada vez más estrictos controles cambiarios en Argentina han generado múltiples valores para la moneda local, lo que perjudica a los ahorristas, no ayuda a los exportadores y podría ser contraproducente al deprimir la inversión y avivar la ya alta inflación”.
Urgente24 publicaba este martes (11/09) informaba que Argentina y Uruguay negocian un "dólar celeste" para salvar la temporada de verano. De alcanzar un acuerdo, para el cual, según los uruguayos, se están llevando a cabo intensas negociaciones, la Argentina alcanzaría su dólar número 11, e invadiría el recuerdo de Cristina Fernández negando un plan de desdoblamiento (cuando apenas se hablaba de 4 tipos de cambio). Entonces, ironizaba: "Pensar que hay gente que cree en estas cosas...". 4 meses más tarde, que revienten los incrédulos.
El análisis de Reuters ayuda a entender aún más esto:
“La presidenta, Cristina Fernández, está tratando de instalar una imagen de estabilidad monetaria e intenta terminar con la obsesión de los argentinos con el dólar, en un país con una larga historia de devaluaciones, la más reciente en el 2002.
Pero los controles están distorsionando la economía.
El sistema de tipo de cambio múltiple, que el Gobierno no reconoce, obliga a los ahorristas a pagar más para comprar dólares. Pero los exportadores, que podrían beneficiarse de un peso más débil, deben vender liquidar las divisas que cobran por sus ventas al tipo de cambio oficial, que es más bajo.
Un operador de comercio exterior de productos alimenticios dijo que solía viajar al exterior 10 veces al año por negocios, pero que ha recortado esos viajes a dos porque es muy difícil conseguir dólares a la tasa oficial.
‘La venta se hace viajando, no por mail’, dijo en condición de anonimato por temor a represalias del Gobierno.
‘Pero para las pequeñas empresas es muy difícil salir afuera, primero porque no sabes si vas a poder vender tu producto porque no es competitivo, y segundo porque tenés que comprar el dólar a siete (pesos por dólar)’ en el mercado informal, agregó.
El tipo de cambio oficial en la tercera economía de América Latina ronda los 4,66 pesos por dólar. Pero la virtual prohibición a la compra de moneda extranjera empujó los precios del mercado paralelo a unos 6,30 pesos por dólar, marcando una brecha del 35 por ciento.
Algunas empresas pagan unos 6,50 pesos por dólar para comprar acciones y bonos que pueden ser vendidos fuera del país para hacerse de dólares. Y un nuevo impuesto del 15 por ciento sobre las compras con tarjeta de crédito y débito en el exterior genera otro tipo de cambio, de alrededor de 5,37 pesos por dólar.
El operador de comercio exterior dijo que algunos exportadores se han mantenido a flote al asociarse con importadores, que deben compensar sus compras con ventas en el exterior bajo las poco ortodoxas reglas del gobierno centroizquierdista.
Para poder equilibrar su balanza, los importadores le pagan a exportadores para vender en su nombre. Con esos ingresos extra compensan la falta de competitividad del tipo de cambio.
Los vendedores de materias primas todavía operan en buenas condiciones gracias a los altos precios de los granos, dijo el operador, pero las ventas de bienes procesados están cayendo debido a la sobrevaluada moneda, los crecientes costos y la anémica demanda asociada con la crisis de deuda de Europa.
Incertidumbre
Las medidas son similares a las aplicadas en la socialista Venezuela y los economistas dicen que dañarán a la inversión y al crecimiento al sembrar incertidumbre sobre el futuro de la política cambiaria.
También podrían empeorar una inflación que ya ronda el 25 por ciento anual si los precios de la economía se alinean con el dólar paralelo.

urgente24