Examen final a la banca española

Con nombres y apellidos. El próximo viernes se conocerá el informe del auditor que dirá qué bancos españoles están sanos y que otros necesitarán más capital. Incluso fruto de esta cuidadosa radiografía alguno puede acabar liquidado. Un examen que fijará 3 tipos de alumnos, dará oportunidad a los estudiantes retrasados e intentará, por fin, despejar las sombras sobre la banca española. Ah! Y nos enteraremos de qué es el banco malo.


Uno de los grandes escollos para salir de la crisis financiera actual es la situación de la banca. De los número uno del mundo, hemos pasado a provocar la misma o más incertidumbre que nuestros colegas europeos y norteamericanos que fueron “salvados” durante 2008 y 2009 tras el estallido de la crisis de Lehman Brothers.
Los bancos llegan tarde a un rescate que supondrá como mucho 100.000 millones de euros, (entre 75.000 y 80.000 millones dijo esta semana el presidente del BBVA, Francisco González) cifra modesta si se compara con las paladas de dinero que recibieron bancos estadounidenses, belgas, británicos e incluso alemanes. Pero la España de la banca tradicional que no había caído en las garras de la subprime tenía sus propios problemas. La brutal crisis inmobiliaria con una morosidad disparada en los promotores y el deterioro continuo de la economía española.
A esta situación complicada se ha sumado el círculo vicioso de la deuda por la que los bancos españoles han tenido que cubrir el hueco dejado por inversores extranjeros que huían de nuestros bonos a medida que se agrandaba el tipo de interés y la prima de riesgo. Una deuda cuestionada en el mercado. Solucionar los problemas de la banca, como factor clave para que vuelva a fluir el crédito, las oportunidades de inversión y finalmente el empleo.
El próximo viernes, pues, es tiempo de despejar dudas –aunque el presidente del Banco Popular, Ángel Ron, no cree que se consiga- y separar la paja del grano: "debilitará" a las entidades y añadirá "más confusión", por lo que difícilmente ayudará a mejorar la credibilidad a corto plazo de España, explicó Ron. Sin embargo, su colega Francisco González apunta a que es un ejercicio único de transparencia en la banca mundial y lo ve muy positivo. Tal vez estas contradicciones dependen de cómo le va a cada uno en la feria. Para dar crebilidad al proceso están implicados los organismos supervisores españoles y autoridades económicas, y también el BCE, la CE y el Fondo Monetario Internacional.
Los resultados de este examen dibujarán un nuevo mapa bancario que distinguirá buenos y malos. Habrá fusiones, desapariciones, será necesario captar capital, vender activos, inyectar dinero público y hasta habrá un banco malo que compre los llamados activos tóxicos del sector inmobiliario.
Una carrera que empieza el próximo 28 de septiembre y que tendrá sus distintos plazos, pero permitirá poner un punto final a la incertidumbre en lo que queda de 2012 y a lo largo de 2013. Participaciones preferentes, bonos convertibles, créditos, activos tóxicos y otros instrumentos financieros también saldrán a relucir en este proceso como solución y también como problema.
Este proceso de saneamiento con dinero proveniente de Europa que empieza a dar sus pasos en firme se produce después de que el pasado 25 de julio el Gobierno español pidiese ayuda financiera para reestructurar el sector. En menos de un mes, el Eurogrupo dio el visto bueno al proyecto y elaboraba un Memorando de Entendimiento (MoU) que se convierte en una hoja de ruta en este camino de fortalecer los bancos españoles.
  En esta hora de ruta, hay tres grandes líneas. En primer lugar el informe de la auditora Oliver Wyman que se conoce al detalla el próximo viernes indicará las necesidades de capital de cada banco. Para ello hará un análisis de la calidad de los activos de las entidades que incluye una prueba de resistencia en una situación económica muy adversa (1% de probabilidad de que se produzca).
Tras conocer la situación de las entidades, se las inyectará capital público, se las reestructurará con posibles fusiones o en último caso se liquidaran si no hay posibilidad de que sean viables. Y, por último, se crea un banco malo –llamado Sociedad de Gestión de Activos- donde irán los activos dañados (inmobiliarios) del grupo de bancos que precise ayudas públicas.
CUATRO TIPOS DE BANCOS
El próximo viernes se conocerá la cifra de capital que necesitan los bancos, los que lo necesiten. Pero esta cifra no supone la ayuda que recibirán de los fondos europeos. Los bancos que puedan deberán vender activos, por ejemplo, ampliar capital, hacer emisiones y sólo después de llevar a cabo sus planes de reestructuración, obtendrán la inyección de dinero. Por tanto, tal y como recalcan fuentes oficiales del Ministerio de Economía, las necesidades de capital serán siempre superiores a la ayuda que finalmente reciban.
Del análisis del sector nacen cuatro tipos de bancos:
Grupo Cero.- No necesitan ningún tipo de capital. Se supone que Santander y BBVA casi seguro estarán en esta categoría. Estas entidades del grupo cero no podrán colocar activos dañados en el banco malo, pero no se descarta que sean accionistas de esa Sociedad de Gestión de Activos y que incluso en vez de dinero puedan aportar activos, pero solo como un dueño más. Según filtraciones no confirmadas a los dos grandes se sumarían CaixaBank, Kutxabank, Sabadell y Bankinter.
Grupo Uno.- Bancos gestionados por el FROB, o sea, intervenidos (BFA/Bankia, Catalunya Caixa, Nova Caixa Galicia y Banco de Valencia. Tendrán ayuda pública y se prevé que en noviembre de este mismo año se realice esa inyección de capital. Estas entidades pasarán sus activos problemáticos al banco malo. Los que tengan acciones, bonos subordinados o preferentes de estos bancos conocerán entonces las pérdidas que soportarán por estos activos que están en la cúspide del riesgo inversor.
Grupo Dos.- En este grupo están las entidades que necesitarán capital y con toda seguridad recibirán ayuda pública. En este caso, las autoridades españolas deberán presentar un plan de reestructuración o resolución a la Comisión Europea, a más tardar en octubre de 2012. Según fuentes oficiales de Economía se prevé que el proceso de aprobación se prolongue hasta finales de diciembre, momento en que se recapitalizarán o resolverán estos bancos de manera ordenada. Los bancos del Grupo Dos en su reestructuración tendrán también que colocar sus activos tóxicos en el banco malo (SGA).
Las entidades de los Grupos Uno y Dos recibirán el apoyo público tan pronto como la Comisión apruebe los planes.
Grupo Tres.- Estas entidades necesitan capital pero se prevé en principio que puedan captarlo en el mercado y no precisen de antemano una inyección de dinero público. Tienen como fecha límite para captar dinero privado el 30 de julio. Los bancos del Grupo Tres se dividen en dos, según ande su salud de acuerdo con los resultados que el próximo viernes se conocerán fruto de la auditoría de Oliver Wyman.
En el primer grupo estarán los peores que son aquellos que necesitan un aumento importante de capital igual o superior al 2% de los llamados Activos Ponderados de Riesgo. A estos bancos se se les exigirá, como medida cautelar, que emitan bonos convertibles (COCOs) para satisfacer sus necesidades de capital con la fecha tope de diciembre de 2012. El FROB, comprará esos bonos que la entidad podrá recomprar hasta el 30 de junio de 2013 si logran obtener el capital necesario de fuentes privadas. Si no pueden conseguir dinero privado, serán recapitalizados mediante la conversión total o parcial de los bonos en acciones ordinarias. Los bancos deberán presentar planes de reestructuración.
Los mejores de este Grupo Tres –aumentarán capital en un volumen inferior al 2% de los Activos Ponderados por Riesgo-, tendrán de plazo hasta el 30 de junio de 2013 para llevarlo a cabo. En caso de no lograr su objetivo, serán recapitalizados por medio de ayuda estatal y deberán presentar planes de reestructuración.
Los bancos del Grupo 3 que, a 30 de junio de 2013, sigan con apoyo de dinero público deberán traspasar sus activos tóxicos al banco malo, que pueda demostrarse, en el caso de los bancos que requieran menos del 2% de los Activos Ponderados por Riesgo en ayuda estatal, que resultan menos costosos otros medios para lograr la plena segregación de dichos activos.
Los planes de reestructuración que deben presentar las entidades incluyen también procesos de fusión que obviamente deben servir para facilitar esa mejora de capital de las entidades y que deberán recibir el visto bueno de las autoridades españolas y comunitarias.
EL BANCO MALO, CLAVE EN TODA LA REESTRUCTURACIÓN BANCARIA
En este mismo mes de septiembre está previsto que se cree el banco malo, conocido como la Sociedad de Gestión de Activos (SGA). Su papel será de amortiguador entre las necesidades de capital y las inyecciones que finalmente precisen los bancos. Estos podrán colocar sus activos tóxicos en la SGA y, por tanto, al desaparecer esa toxicidad también deja de hacer falta el capital anticontaminante del otro lado del balance.
Son numerosas las dudas sobre el banco malo. La primera sobre quién o quiénes serán sus accionistas. Sobre el banco malo el presidente de BBVA, Francisco González dijo que "actuaremos en beneficio de España. Estamos abiertos a todo para cumplir ese fin... ya sea aportar capital, activos, etcétera". También apuntó que no se apreciaba interés internacional para ser accionista de la SGA que recogerá los activos tóxicos de las entidades financieras. Una pista sobre las dificultades de que entren socios a quedarse con los activos tóxicos y hacer negocio en el futuro con ellos. El negocio es a 15 años vista cuando finalmente se termine de liquidar el banco malo. De ahí, surge la segunda incógnita: El precio que estará dispuesto a pagar el banco malo por los activos tóxicos, en su gran parte inmobiliarios. Si es un precio muy bajo atraerá inversores, pero también perjudicará a los bancos sanos al echar por tierra la valoración de sus actuales activos (bancos del Grupo Cero que no traspasarán activos al banco malo).
Tampoco está claro del todo si los bancos saneados pueden aportar activos propios como accionistas del banco malo, una opción que no descarta Economía, según fuentes oficiales. En el mes de noviembre está prevista la aprobación del desarrollo reglamentario de la SGA y acuerdos de servicios con los bancos que aportan activos y con terceros. La puesta en marcha plena de la SGA está prevista a principios de diciembre.

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