Posible estanflación y malas señales para invertir
No sólo es un clara la marcada desaceleración de la economía sino que empiezan a
aparecer señales recesivas mientras la inflación al consumidor se mantiene por ahora
en el mismo nivel (cerca del 23%) pero con peores expectativas. Se insinúa así la
posibilidad de una estanflación, término acuñado hace cincuenta años por los
economistas para caracterizar a la economía argentina en 1962, lo que revela que a
nuestro país le cuesta mucho aprender de su pasado y tropieza, en cambio, varias veces
con la misma piedra. El aumento de las expectativas de inflación las ha llevado a
valores record de 30% para la mediana y 37.1% en promedio (UTDT), mientras la base
monetaria tiende a convalidarlas con un aumento interanual del 33.2% en abril, en
buena medida por el incesante aumento del financiamiento al gobierno. Los convenios
colectivos de trabajo demoran en firmarse y aquellos que lo han hecho muestran
aumentos irreales del 22%/24% ya que incluyen sumas fijas no agregadas a los
porcentajes. Se cae así la tibia señal de coordinación de expectativas dada por el
gobierno cuando sugirió un 18%.
En cuanto al nivel de actividad muchos indicadores empezaron el año mostrando
sólo desaceleración pero hay algunos que ya revelan señales de recesión. La
producción industrial mostró en enero-marzo la tercera caída trimestral consecutiva
(FIEL). La producción de autos bajó -5.7% en al primer cuatrimestre y su exportación
cayó 19.5% en el mismo período. El índice líder de la Universidad Di Tella tuvo en
marzo una caída interanual de 9.9%, aunque mostró una suba de 1.9% en marzo. Las
estimaciones de la cosecha de soja siguen cayendo y se ubican ahora cerca de 40
millones de toneladas, 15 menos que las esperadas, lo que implica una merma de 8100
millones de dólares parcialmente compensada por el aumento de 4000 millones por los
mejores precios. Con todo, lo más preocupante del nivel de actividad económica es la
caída de la inversión, que con mejores señales podría estar compensando el menor
dinamismo del consumo. La construcción cayó 1% en el primer cuatrimestre y el
volumen de las importaciones de bienes de capital cayó 29% en marzo y 12% en el
primer trimestre. Complicará más aun este panorama el cambio de política monetaria
del Brasil que ha conducido hasta ahora a una devaluación del real del 20%.
Es evidente que en este contexto nada ayuda el modo en el que se decidió la
expropiación de las acciones de Repsol en YPF, casi violento y sin dudas
inconstitucional por la ausencia de indemnización previa. Sin entrar a analizar aquí el
fondo del asunto este hecho profundizará la tendencia de la inversión observada desde
hace varios años, a saber, limitarse a proyectos de rápida recuperación y que no
impliquen “hundir” mucho capital. Tal tendencia se vio también en las cifras recién
conocidas de la inversión extranjera en América Latina en el año 2011, en las que la
Argentina, con sólo 7100 millones de dólares (1.5% del PIB) figura sexta detrás no
solo de Brasil y México, sino también de Colombia, Chile y Perú. Tampoco ayudará a
este respecto el brutal cierre de la economía. Mientras en el primer trimestre de 2011
las exportaciones crecían 31% y las importaciones 38%, en el primero del 2012
aumentaron 8% y 0% respectivamente y en marzo de 2012 2% y -8%.
El panorama es sin dudas preocupante, más aun porque no se ve a las autoridades
encarando ni la tendencia recesiva ni la inflación, más o menos como si no existieran.