Los bancos parecen inmobiliarias. Y otras compañías parecen bancos. Repsol asumió un riesgo en dos operaciones que amenaza con generarle un agujero de 2.000 millones de euros. Enrique Eskenazi le debe 1.542 millones de difícil cobro ante la expropiación de YPF, mientras que el 5% de autocartera que compró a Sacyr vale 400 millones menos. Antonio Brufau, presidente de Repsol, ha demostrado estar siempre dispuesto a echar una mano a sus socios. En 2008, con el respaldo del Gobierno de Néstor Kirchner, vendió un 14,9% de YPF a Grupo Petersen, capitaneado por Enrique Eskenazi, por 2.235 millones de dólares (1.700 millones de euros). En 2011, cerró la adquisición de otro 10% por 1.300 millones. Para tal empresa, el argentino buscó el dinero de la banca. Y de Repsol.
Grupo Petersen puso el 10% del total de la inversión de su bolsillo, mientras que Repsol es su principal acreedor con créditos valorados en 1.540 millones de euros, según consta en la auditoría de la petrolera. La estrategia de Eskenazi era la misma que la de Luis del Rivero, ex presidente de Sacyr: pagar los intereses del préstamo con los dividendos cobrados. Pero la expropiación de YPF por parte del Gobierno argentino le pone al pie de los caballos. Pese a que conservará su paquete del 24,9%, la previsión es que la compañía no pague los dividendos que necesita, por lo que muchas voces hablan de la quiebra de Grupo Petersen. Una serie de bancos que junto a Repsol prestó dinero a Eskenazi, como son UBS, Itaú y Credit Suisse, están tomando medidas para afrontar este hipotético evento, ya que el valor de las acciones no cubre las obligaciones contraídas. Los analistas de BNP Paribas apuntan en una nota a una posible suspensión de pagos de Grupo Petersen. YPF ha caído un 53% en Bolsa en 2012 hasta capitalizar 7.300 millones de dólares. Así, la participación de Petersen está valorada en 1.800 millones de dólares, muy por debajo de los 3.300 millones que debe a la banca y Repsol e inferiores, incluso, a los 1.540 millones de euros (2.000 millones de dólares) que adeuda solo a Repsol YPF. Este guarismo incluye tanto el principal como los intereses. Repsol no ha provisionado nada del crédito a cierre de 2011, según la auditoría, pero todo indica que tendrá que llevar a cabio algún saneamiento este curso. Grupo Petersen paga un 8,12% anual de intereses por la primera mitad del crédito (785 millones de euros) hasta 2013, fecha en la que supuestamente debía de comenzar la amortización del principal. Para el resto hay un tipo del 7,4% hasta 2016, cuando también se iniciará el pago del principal. Medios locales dicen que el Gobierno argentino sostiene que la petrolera venezolana PDVSA, el holding Eurnekián (del empresario de la cerveza Eduardo Eurnekián, amigo de Eskenazi) y el Grupo Bulgheroni (especializados en la energía a través de Bridas) están interesados en hacerse con el 24,9% de YPF. Por tanto, podría abrirse una guerra entre empresarios locales por influir en las decisiones de la petrolera del país andino. Las agencias de calificación han rebajado la nota de Repsol YPF tras la expropiación de su negocio en Argentina, lo que debilita su perfil financiero. Fitch, por ejemplo, alude en su análisis a la “incertidumbre” respecto a la devolución de los préstamos de Grupo Petersen, que además deben ser abonados en efectivo. “El alcance de los futuros dividendos en efectivo no está claro ahora”, recogen las agencias.
400 MILLONES DE PÉRDIDAS EN UNA OPERACIÓN ALTRUISTA
“Repsol Bank” financió a Eskenazi y también salvó de la quema a Sacyr Vallehermoso. La constructora vendió en diciembre de 2011 un 10% de Repsol -la mitad de su participación- a la propia compañía por 2.572 millones, a un precio de 21,06 euros por título. Brufau argumentó que esta era la única vía para evitar “un escenario de incertidumbre prolongada” por la refinanciación de la deuda de 5.000 millones con la que Sacyr entró en Repsol.La operación sentó bien al mercado, los analistas aplaudieron e, incluso, Repsol tuvo tino al colocar el 5% de sus acciones propias –la mitad de lo que compró a Sacyr- con plusvalías de 78,3 millones. Hasta que se torció el negocio en Argentina. Ahora, la petrolera vale 14,5 euros en Bolsa y acumula una minusvalía latente de 400 millones de euros en autocartera. La política de Brufau para defender la acción guarda similitudes con la de Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, hace unos años. La eléctrica compró en 2007 un paquete de acciones a Albert Frére en un momento de gran ebullición del sector, que iba de en OPA en OPA. Iberdrola adquirió los títulos a unos 11 euros y los traspasó a 6 euros. El quebranto, contra recursos propios, fue de unos 600 millones de euros.
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