Informe Económico Semanal del Banco Ciudad

LA SEMANA EN POCAS PALABRASEl año comenzó con todo el arco productivo invocando lluvias que salven la cosecha. Ello involucró, obviamente, al sector agrícola, aunque también alcanzó al gobierno, al sistema financiero y, desde esta semana, a las industrias y comercios que, para importar, deberán sortear crecientes trabas comerciales.El fenómeno climático conocido como “La Niña” obligó a revisar las proyecciones agrícolas a la baja, las cuales (si el clima acompañaba) anticipaban una cosecha récord de 110 millones de toneladas (M tn).Hoy, con la cosecha de trigo ya prácticamente cerrada (en torno a los 13 M tn), las estimaciones fueron corregidas por debajo de los 100 M tn. Para el maíz, las lluvias de la última semana llegaron tarde y la falta de agua ya tuvo efectos irreversibles en los rindes, previéndose que la producción se ubique en torno a las 20 M tn, entre 20% y 30% por debajo de las proyecciones originales. Por su parte, la producción de soja resultaría de 4 a 7 M tn menor a la proyectada (aproximadamente -10%), situándose en un rango de 45 a 48 M tn (la pérdida final dependerá de las lluvias que se registren hasta marzo-abril, cuando comience la cosecha gruesa).La pérdida de exportaciones trepa a USD 3.800 millones si se compara con el ingreso de dólares proyectado en diciembre, cifra que podría haber sido todavía mayor, ya que las menores cantidades esperadas fueron compensadas por un incremento de las cotizaciones, en un contexto en el que Argentina es formador de precios internacionales (es el tercer exportador de porotos de soja, detrás de Estados Unidos y Brasil, y el primero de pellets y aceites).La caída en la producción afectaría, a su vez, la estacionalidad de la liquidación de exportaciones. La menor producción de soja se traducirá en una menor exportación de porotos, garantizándose el abastecimiento de la industria aceitera (con mejores precios y menores retenciones). Ello daría lugar a un ingreso de dólares más parejo a lo largo del año por parte de la industria procesadora, en lugar del habitual pico estacional de las liquidaciones durante la cosecha gruesa (entre el segundo y tercer trimestre).Por otro lado, los ingresos públicos nacionales también se verían afectados. Considerando las menores exportaciones, el Gobierno Nacional perdería de recaudar cerca de USD 1.500 millones por retenciones, equivalentes a 0,4% del Producto. Asimismo, el Estado afrontará pérdidas de recaudación adicionales por la menor actividad agregada, ya que el efecto directo sobre el crecimiento 2012 podría trepar hasta 0,5 puntos porcentuales.Frente al menor ingreso de agro-dólares, el gobierno respondió hasta ahora con más restricciones comerciales, evitando mostrar a la devaluación como una alternativa para mejorar las cuentas externas. Esta es una carta que el gobierno no desearía jugar, ya que ante una reactivación de las expectativas de devaluación, se abortaría la reciente baja de las tasas de interés y se desaceleraría el crédito, con impacto en la actividad agregada.En suma, aunque hoy todavía se está lejos de la crítica situación de la campaña 2008/09 (cuando la cosecha cayó 30% y la soja cotizó a USD 320 por tonelada), la relevancia de la producción agrícola en las variables externas, fiscales, cambiarias y monetarias, llevará a que la evolución del clima se lleve todas las miradas en el transcurso de las próximas semanas.