Economía sigue negociando con el Club de París

El ministro de Economía, Amado Boudou, permanece en París para asistir mañana al inicio de la cumbre del Grupo de Acción Financiera (GAFI), junto al titular de la Unidad de Información Financiera (UIF), José Sbatella.El jefe del Palacio de Hacienda llegó a Francia la semana pasada para asistir a la reunión del G-20 y seguir negociando con los representantes del Club de París.Y si bien todavía no pudo alcanzar un acuerdo con Ramón Fernández, representante del Club de París, sobre el monto de la deuda y los intereses, Boudou se mostró conforme porque no avanzó una propuesta francesa de regular el mercado de los commodities.El titular de la cartera económica explicó que sigue negociando con el Club de París: "Estamos analizando distintos parámetros. No hay que olvidarse que hace diez años de que la Argentina no realiza ningún pago".La discusión sobre los intereses y punitorios es clave para el Gobierno porque podría elevar el monto total de la deuda de 6.250 millones de dólares a más de 8.500 millones.La semana pasada, Hernán Lorenzino, secretario de Finanzas y Adrián Cosentino, subsecretario de Finanzas, se reunieron con Delphine de Sahuguet D'Amarzit, secretaria General del Club de París, con quien intentaron acordar el monto a pagar.Mientras tanto, Boudou mantuvo un encuentro con Christine Lagarde y con sus pares de otros países acreedores.Otro de los puntos difíciles de la negociación es el plazo de pago, porque mientras que el Gobierno nacional pretende saldar la deuda en seis años, el Club habría propuesto un plan de pagos de 18 meses.or otro lado, los países productores de alimentos como Argentina, Brasil, Canadá Estados Unidos y Sudáfrica, lograron imponerse durante la cumbre de ministros de Economía del G-20 y evitar que se aprobara la propuesta francesa de regular los precios del mercado de commodities. Los países miembro se comprometieron en cambio a reforzar los controles sobre los fondos especulativos del sector.En ese sentido, Boudou explicó que "hay un consenso internacional para que se trabe muy fuerte, para limitar las inversiones especulativas en el sistema de comercialización de commodities, no sólo alimentos sino también los minerales y el petróleo".Guido Mantega, ministro de Economía de Brasil, propuso además "que los países avanzados y los emergentes más dinámicos se unan en un programa de estímulo para la producción agrícola en países pobres".El G-20 analizó los desequilibrios por los que los países desarrollados buscan que los países emergentes reduzcan sus superávit comerciales y de cuenta corriente, para equilibrar las cuentas de los países ricos.En el comunicado emitido por el grupo una vez que terminó la cumbre, los países miembro aseguraron que medirán la deuda, el déficit público, el ahorro y las inversiones, la balanza comercial y el saldo de inversiones corrientes. También se tendrán en cuenta las tasas de cambio y las políticas fiscales y monetarias.Durante la cumbre de presidente del G-20 que se realizará en abril en Washington, los presidentes buscarán acordar buenas prácticas macroeconómicas que eviten los desequilibrios. En cambio, quedaría fuera de la agenda la discusión sobre las reservas internacionales, gracias al lobby que realizó China, lo que benefició a la Argentina

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