El Gobierno italiano aprobará mañana un ajuste presupuestario para 2011-2012 de alrededor de 24.000 millones de euros que, según se ha dicho hasta ahora, se basará en la lucha a la evasión fiscal, además de reducir entre un 5 y un 15% el sueldo a los políticos, ministros y principales responsables de la administración pública. "Nadie meterá las manos en el bolsillo de los ciudadanos", garantizó esta mañana el subsecretario a la presidencia del Consejo de Ministros Paolo Bonaiuti, quien admitió, no obstante, que para alcanzar los objetivos propuestos habrá que hacer "sacrificios".